LUNA MENGUANTE

Érase una vez.... cuando la musa toca, hay que bailar

Una o tantas veces llegué a tener todo, como tener la vida dibujada en un arco iris permanente. Sabía torear cada tormenta, disipar dolores pasajeros, tenía mascotas, compañero de vida, viví grandes amores, buenos vinos, lujos, estabilidad, tantas cosas que me obsequiaba la vida, tantas cosas que tuve y que luego perdí. Una y otra vez la vida se pasaba llevándome la contraria, cuando creía que todo estaba perdido, un milagro ocurría o cuando todo estaba perfecto, se asomaba por la ventana el peor de los vientos y arrasaba con todo. Un día tuve todo y también un día lo perdí.
No había mañana que no llegase acompañada de muchos alicientes, no hubo noches que no mirara el reloj a cada rato porque tenía muchas razones poderosas de recibir el amanecer, así fue muchas veces mi vida.
Cuántas veces llegamos a creer que nada se irá? cuántas veces hemos caído en la trampa de que todo lo que has construido no puede un día caerse ante tus ojos? La vida es una ruleta rusa, un juego permanente y como decía ese famoso personaje de una hermosa película: La vida es como una caja de bombones, nunca sabes lo que te va a tocar. La vida es corta, muy corta, como un viaje de aparentes vacaciones con muchos tropiezos que sin entender el por qué ese viaje sigue creando escenarios donde tú eres el actor, un tornado de emociones años tras año que arrastras partes intrínsecas de ti y te hacen a veces mirar otro rostro en tu espejo, a veces te gustará lo que ves y otras veces esquivarás la mirada.
Hoy me siento cansada, tengo que sentarme un rato preferiblemente en la noche y esperar a la luna y preguntarle a ella por qué hoy me siento tan devastada?
Dime luna de plata dónde quedan mis recuerdos, mis olvidos y mis ganas de seguir adelante?
Un arlequín es el tiempo que baila a tu alrededor y se burla de tus ilusiones, de tus caprichos, de tus anhelos y hasta del mismo amor.
Y sentada a media noche con el escándalo del brillo de tan resplandeciente luna ante mis ojos, me atrevo a confesarle, ya no tengo nada, solo estos par de zapatos para caminar, un bolso pequeño donde llevo solo lo necesario, un labial color rosa ya desgastado, llaves, tonterías de una dama, unos jeans algo rotos, mi pequeña guitarra, el cabello aún largo y sedoso, y muchos sueños rotos en mi haber.
Será que en medio de este cansancio mientras te veo menguar, me dejarías en tu regazo dormir y volver a soñar?

Carolina Idrogo

hqdefault.jpg

Imagen Extraída de: google.com
luna menguante

H2
H3
H4
3 columns
2 columns
1 column
7 Comments