El bien o el mal, nuestra elección.
En un mundo donde todos asumimos sin alterarnos que existe el bien y el mal. Donde nosotros, como habitantes de este planeta, le permitimos a señores de cabelleras decoloradas y caballeros con problemas de estatura y sobrepeso, que se amenacen con bombitas nucleares, buscando ver cual de todos la tiene más larga; mientras que el huracán y el terremoto ya pasaron y la noticia, dejó de ser noticia, pero a las lágrimas y el desconsuelo le quedan todavía largos meses por machacar. Parece importarnos más esa pelea estúpida y egocéntrica de dos seres que increíblemente llegaron al poder, sin saber cuál es el real valor de la vida en vez de los lugares, donde la vida tiene que ser reconstruida, lugares que necesitan el apoyo y el afecto de aquellos que puedan otorgarlo.
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Quise empezar así este artículo, porque fue el primer ejemplo que me surgió, claro y contundente, de lo que significa el mal. No estoy en contra del mal, mejor dicho, no estoy en contra de ciertos males. Me parece que el mal es necesario, todos en nuestro interior tenemos esa porción de “mal” que equilibra las cosas. Sin el mal, creo que el bien no tendría razón de ser. No podríamos distinguir cual es el camino correcto en nuestras vidas. Pero tampoco es bueno abusar de él y dejar que este nos domine por ambición o codicia.
En este mundo en el que vivimos y particularmente, este submundo de criptomonedas que solemos transitar diariamente. Muchas veces se lo vapulea indiscriminada e infundadamente, llegando a denominarlo: “El mal de los males”. Se suele decir que las criptomonedas fomentan la ilegalidad, que no son confiables, que lastiman las economías de un país, porque algunas no son rastreables, etc. Vaya usted a saber, cuántos intereses económicos y financieros, hay detrás de todas estas presunciones. A mi entender, las personas son las que pueden hacer el bien o el mal. Las criptomonedas, tendrán fundadores pero son entes inhumanos, herramientas. Aquellos que las empleamos, somos los responsables de atribuirnos, los actos que llevemos a cabo con ellas. Por eso, serán necesarias las regulaciones que quieran imponer, pero las criptomonedas no son las malas en esta historia, hay cosas mucho peores.
Y como habrá personas que hacen el mal con criptomonedas, también hay personas que hacen el bien con criptomonedas. Éste bien, en particular, es la solidaridad. Para mi humilde entender, la solidaridad es dar, sin pedir nada a cambio. Es el poder interno de identificar el momento en el cual me quiero despojar de algo que no necesito porque hay otra persona que sí lo necesita.
En este caso y luego de los daños causados por el terremoto en México, el pasado 19 de Septiembre, me llamaron la atención dos iniciativas.
La primera, es por parte de la startup FinTech mexicana AirTM, donde aceptan donaciones en Bitcoin, Ethereum, Dash, Litcoin y Zcash. Todo lo recaudado por esta empresa, será entregado a la escuela de niños Enrique Rebsamen, la cual sufrió el derrumbe completo de la estructura, quedando muchos de los niños atrapados. Aquí les dejo el link, por si desean difundir o colaborar.
La segunda iniciativa, es por parte de Bitso, un exchange mexicano, donde están aceptando donaciones en Bitcoin, Ethereum y Ripple. Todo lo recaudado, se dividirá en dos partes. Una parte ira para la Cruz Roja y la segunda parte será destinada para la Brigada de Rescate Topos Tlaltelolco A.C. Aquí les dejo el link.
Estas son solo dos iniciativas. Hay un montón, donde se puede resaltar el espíritu solidario, a través de este mundo que tanto nos apasiona. Ojala que se generen muchas más, que intenten ayudar a aquellos que más lo necesitan. Está en nuestras manos el hacer el bien y ser responsables con el uso que le damos a las criptomonedas. Ellas no son las que hacen daño, en todo caso, el bien o el mal, lo causamos nosotros…
Espero que estén pasando un lindo día en familia.
La firma y portada, fueron ejecutadas por @senoralonchafina.
Abrazo grande comunidad!