PRIMER CONCURSO DE RELATOS EROTICOS PAPIKIWI 07/01/2018

SALVAJE

Como lo más sagrado, la combinación de pieles, sudor y calor unidos en un solo flujo de placer. Aprieto tus caderas contra mi pelvis. Empujo muy fuerte esperando tu reacción en cadena. Jalando tu cabello. Azotando tus carnes. Haciéndote mía. Dominándote. Tu carne húmeda exige mi piel tatuada. Tu boca pide a gritos mudos mi carne en ti.

Aprieto tu cuello al instante que marco mi lengua entre tus senos y tu nuca. Te deseo. Te entregas. Te abres de par en par. Sutil poesía de las gotas que caen en tu espalda. Gemidos necesarios... Te cabalgo como una diosa. Te poseo. Me posees. Te dejas seducir. Te vibra el cuerpo. Te tiemblan las piernas. Sabes que lo que viene es rudo y salvaje, y lo aceptas con placer... pura poesía corpórea.

Orgasmos continuos en un vaivén eléctrico... Respiraciones entrecortadas. Te hago mía.

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Vas buscando entre tus labios rotos la esperanza de un dolor que no tuvo fe. Buscando sin tener respuestas la necesidad profunda de decirle adiós a tus sueños, cristales rotos por toda la cuadra rompen tus pasos ensangrentados con una sangre invisible, esa que sólo tu puedes ver. Claridad infinita por medio de la resurrección de tu carne impura pero delicada, sinfonías anacrónicas perturban tus sueños en donde la víctima y el juez levitan en espirales de incertidumbre. Eres así como una Venus fértil pero seca, deidad en un pedestal de oro que el tiempo abandonó a su suerte en el olvido de mi memoria oxidada. Esperanzas rotas, pero jamás banales, todo es trascendente, todo el misterio radica en descubrirte siempre, a cada instante, pisando los vidrios, aprendiendo de la tortura, asimilando el martirio, es la única manera válida que conoces de ser alabada por tus creadores. Estatua perfecta, inmóvil pero con alma, adornas el altar más puro de cualquier mente humana soñadora. Musa de musas, perfecta como pocas, radiante y poderosa, herida. Confundida, atrapada en tu propio carácter de deidad. Miserable soledad enluta tus segundos. Ven, te invito a bajar del trono, sé que tu alma es complicada de complacer, tu piel sudorosa se agita en mi presencia, excitas tus instintos en la soledad de tu noche oscura cuando me piensas y no me tienes.

Entre tus piernas descansa la bestia dormida que tendré el placer de despertar a mitad de tus madrugadas sin sueño. La verdad más pura de tu deseo es que deje honda huella en tu piel, la fuerza de tu intensidad me llamó en la distancia y te hizo mía cuando me pensabas dando vueltas sobre tu cama húmeda, esperas dormir siempre entre mis brazos, espero siempre complacerte... vidas pasadas hicieron falta para darme cuenta de que sigues siendo mía, a pesar de todo, espérame esta noche, y te diré los poemas más hermosos que te harán acabar con estas palabras sutiles, siempre serás mía, esta vez si te lo prometo. Y rozaremos las páginas de la carne, cada palabra como un suspiro, cada sílaba un gemido y cada letra como un acercamiento a Dios hecho carne... Sabes que somos Dioses desnudos reencontrándonos con nuestra primera humanidad al momento de disfrutar del uno del otro. Ven a mí, retoma tu fe, que este simple semi-Dios disfrazado como mortal te dará lo que necesitas.

Tu rostro angelical descansa en el vació perenne de mi pecho, tus jadeos de roca volcánica estremecen mis más oscuros deseos, el velo de la noche cae sobre ti, respirando junto a calladas formas de melancolías inertes. Esperaste toda una vida para respirar mi mismo aire, pudiste entre tus manos dejar que la arena toda corriera sin la más remota posibilidad de que te contara los suspiros al no tenerme.

Pero aquí me encuentro, deseándote. Y aunque eres esclava del olvido más impuro, diste el siguiente paso hacia la gloria de mis sabanas empapadas en tu divino y celestial sudor. Tus manos me guían en el camino de la muerte y me salva la morfina de tus besos sin dueño. Oscura es la noche cuando no te veo, oscuro es el camino cuando no te pienso. Si no creo en tu palabra en vano te tengo, al verte en la distancia yo detengo el vuelo. Salvación.

En un estado de trance, sin dolor, sin apegarme a tu alma. Estoy acostumbrado a otras cosas más lógicas, pero el aura de tu magia se desvanece como el polvo en el desierto de mis ojos callados. Jamás entenderás mis poesías rotas. Pero aun así fuiste mía y acabé dentro de tu trampa. Si puedes tu mirar este abismo vacío dentro de mi y aún así enamorarte, mereces mis elogios por quererte tanto. Desplazas mis sentidos cual cuchillas en mi garganta, despliegas las heridas en un mar en calma. Redención y lujuria, deseo y perversión, somos uno enlazados con el cosmos, somos Dios.

Poesía original de Nahu Padilla @nahupuku
Todas las fotos son de mi autoria.

Nomino a @valeriabandes

Este genial concurso es patrocinado por @purapapita y @vicokiwi

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