Que una voz sea referencia de sonoridad de una ciudad como Cumaná, es una razón poderosa y trascendente; eso fue y será siempre María Rodríguez “La Voz de Cumaná” o “Mariíta”, como acostumbraba la gente a llamarla; y es porque esa voz que irrumpe espacios, viene desandando de una tierra de sol y mar, de canto espontáneo, haciendo honor a lo que dicen por allí “El oriental habla rapidito y cantaíto”, y si de María se trata, ese estribillar cotorreao y su acento característico, nos remiten a la algarabía de las rancherías de pescadores o a la llegada de los botes, con la carga de la faena marinera.

       María siempre nos alegraba el día cuando nos visitaba, por sus ocurrencias y el hablar llano. Hago honor a su afecto demostrado y a su amoroso saludo “Bello, bello” y, seguidamente, internarnos en la conversa fecunda, paseándose por sus anécdotas y trayectoria con el verbo de una auténtica cronista del alma popular y raigambre cumanesa. Con ella aprendimos la valoración del joropo estribillo, sus bailes y la puesta en escena de la viva identidad nacional.

       Siempre me llamó la atención como María lograba pasearse por diversos temas de la cultura, escoger sus autores y composiciones y darles su toque personal. Surgen los temas religiosos dedicados a la Cruz de Mayo, su fulía cumanesa, la jota y la malagueña, así como canciones a lo heroico como “Los dos Titanes” y “Soñé con el Mariscal”, donde dejó estampado su admiración por nuestro héroe Antonio José de Sucre. Asimismo, poder escenificar la religiosidad popular con “La Oración del Tabaco” y convertirlo en su himno musical; les cuento que soy uno de los afortunados a quien María le dedicó esa canción en el escenario, recuerdo que fue en la comunidad de Arenas del municipio Montes, estado Sucre, en ocasión de un encuentro cultural en dicha comunidad.

       La canción de María también se colocó a tono con la realidad social y protestataria. Nunca faltaron sus canciones a las faenas tradicionales y a las costumbres, ademas de tocar las puertas del bolero para cantarle al amor. Esa es María de alma franca y soñadora, entregada a difundir y defender las tradiciones cumanesas y orientales.

       En esta conjunción de sentimientos por esta extraordinaria mujer, dejo para ustedes un retrato que realicé con creyones sobre papel, en este día de su cumpleaños, esperando sea de su agrado.