ENCUENTRO NO FORTUITO
No te voy a mentir de esta casualidad,
sé que pasas por aquí, es tu rutina,
llevo días observando por donde caminas,
ya no aguanté las ganas y vine a saludar,
no me conoces pero bien la vamos a llevar.
Claro que sé quien eres, no sabes disimular,
te has delatado todos estas mañanas,
no deberías subestimar a quienes pasamos,
también te he observado y estoy de acuerdo,
nos llevaremos bien pues ya sé con quien hablo.
Así surge a veces los encuentros fortuitos,
de miradas que se cruzan y conectan,
y comienzan a seguirse como si se conocieran,
seres ajenos que coinciden en el tiempo y espacio,
que llaman casualidad, pero es el destino.