Meditando en Versos: Proverbios 3:5-8

Confiar en el Señor de todo corazón y no apoyarse en la propia inteligencia es una idea inmensa. Como seres humanos, a menudo creemos tener todo bajo control. Entonces, ¿qué significa realmente confiar en Dios?

Es bastante simple: significa aprender a pensar como Él y actuar de acuerdo con Su voluntad. Por ejemplo, en la familia, significa amar a tu esposa. Hay muchas cosas buenas que resultan de este amor y ninguna mala.

Para los hijos, significa respetar a sus padres, el primer mandamiento con promesa.

Con respecto a Dios, significa buscarlo todo el tiempo, ya que nosotros, como seres humanos, tenemos miles de pensamientos constantemente. Por lo tanto, cometer errores es algo natural.

Cuando le pedimos ayuda a Dios, Él nos ayuda a recordar Sus mandamientos y nos consuela. La información que recibimos de Él es precisa y justa, porque Él sabe qué es lo mejor para nosotros. Incluso Jesús dijo: 'No quiero esa copa', pero su sufrimiento no lo hizo abandonar a Dios. Por lo tanto, ser fieles en las dificultades es una de las formas más grandes de confiar en Dios.

Si observamos a aquellos que más confiaron, sorprendieron más a Dios, y Él los recompensó con cosas extraordinarias. Un ejemplo es Salomón, quien solo pidió sabiduría para gobernar a un pueblo de pensamientos libres, y Dios le concedió la sabiduría divina, que es más rápida y exacta para todas las situaciones.

Buscar a Dios es la meta que muchos persiguen, y a través de ello, experimentan un crecimiento personal, viven en paz y promueven la paz y la bondad. Significa ser generoso y compartir a Dios y Sus magníficas promesas con los demás.

Estamos en un período en el que Dios no interviene de la misma manera que lo hacía en el pasado. el diluvio llego a los 1600 años y desde entonces, los períodos de revelación han sido más cortos. Lo más interesante es que pasaron 4,000 años antes de la llegada de Jesús.

Este tiempo actual (2000 años) desde Jesús es una oportunidad para hacer de Dios nuestro refugio y fuerza, ya que nada en la vida ni nadie es completamente seguro. Sin embargo, Dios siempre está ahí para todos nosotros, corriendo hacia nosotros cuando lo buscamos sinceramente. Él nos cree cuando prometemos ser fieles y nos enseña a confiar en Él