Nuevo concurso de literatura: Recomiéndanos tu libro favorito // New literature contest: Recommend us your favorite book

Saludos afectuosos a todos los usuarios de Steemit, en especial a los que hacen vida en esta comunidad. Hoy me uno al concurso que promueve, @yrmaleza, y al cual me invitó @acostacazorla. Se trata de recomendar un libro y de explicar las razones por las que lo recomendamos. Esta es mi participación:

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Este libro lo leí cuando estaba estudiando la carrera de Educación, Mención Castellano y Literatura, pero ahora lo he retomado, ya que tengo un tesista en Patrimonio Cultural, que lo seleccionó para analizarlo en su tesis doctoral. De modo que lo desempolvé para releerlo. Debo confesar que ahora me gusta más que cuando lo leí por primera vez.

Este libro fue publicado en el año 1993, cuando su autor Gustavo Luis Carrera tenía 60 años; de modo que el personaje principal de la novela llamado Salomón Rivas es, de alguna manera, la voz que halló Carrera para contar con gracia y simpatía cómo son los cumaneses, ya que él es otro destacado escritor nacido en esta tierra de poetas.

En los inicios de la novela, Salomón Rivas se presenta ante sus lectores, de la misma manera que lo hace El Quijote. En sus palabras:

Todo el mundo cree que es una gran cosa haber nacido donde y cuando nació, y no voy a caer en lo mismo; pero no serán muchos los que puedan decir, como yo, que nacieron en Cumaná un dos de junio de mil novecientos dieciséis.

El Quijote diría:

En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero...

Así, el lugar de nacimiento de Salomón Rivas, su entrañable Cumaná, al igual que "la Mancha" para El Quijote, se convierte en un elemento crucial a lo largo de la novela, pues él habla, se mueve, actúa y utiliza la filosofía cumanesa para resolver todos los asuntos de la vida, y lo hace con gracia y simpatía.

Salomón Rivas no solo señala su lugar de origen sino que también se presenta como: "Un toero que ha desempeñado toda clase de labores y picardías: cocinero, panadero, vendedor de billetes de lotería, marinero, pintor..." Aparte de pescador, mujeriego, contador de chistes y novio de la madrina.

Estos múltiples oficios hacen que este personaje utilice modos muy particulares para "resolverse en la vida" y para dar consejos a otros.

Salomón Rivas salió de Cumaná para otros estados del país, incluso viajó a otras naciones, con el propósito de solventar sus necesidades económicas, pero en muchas ocasiones sentía nostalgia por regresar a su pueblo; él así lo expresa:

Regresé a Cumaná en el año 38. Yo no sé ni por qué me vine. A uno le pasa con Cumaná lo que lo que le sucede cuando está enamorado y está lejos de la mujer: de pronto le pegan esas calenturas de verla y de estar con ella, y no se curan hasta que la encuentra. Así ha sido siempre: cada regreso es una felicidad tan grande, que pienso que nada más por regresarse vale la pena irse…

Esta es una parte hermosísima del libro y, de algún modo, recoge la personalidad de Salomón, un hombre de la vida, que recorre mares profundos, pero siempre con el deseo de retornar a su apreciada Cumaná.

Salomón se siente un contador de cuentos, y así el describe este oficio:

Mira, ponerse a contar cuentos es como ver una película de la vida al derecho y al revés. Ahí está todo: lo de arriba y lo de abajo; los poderosos y los sin nada; lo bueno y lo que no lo es; la palabra y su contraria. La vida, pues, te guste o no. Por eso no siempre el cuento es gracia y risa. Inclusive los de reír te dan otras señales. ¿Acaso la vida es un pedazo de papelón?

De este "tenor" son las reflexiones que ofrece Salomón Rivas, a lo largo de la novela. Y como él bien lo dice, en ella pasamos de la risa a la tristeza, y viceversa, porque la vida no es un pedazo de papelón, aunque tiene tramos en los que nos permitimos degustar este apetecido manjar, por un buen rato.

Ya casi al final de la novela, Salomón se permite la licencia de teorizar sobre la palabra y la memoria; y lo hace de una manera "profundamente sencilla":

Si algo se me aparece claro a lo largo de mi vida, es que ella ha sido lo que la palabra le ha permitido ser. Es decir, la palabra casada con la memoria. ¡Conversar es vivir, chico! Porque la palabra se inventó para decírsela a otro; y esa es la vida: decir y oír.

Quien lee el libro de Gustavo Luis Carrera escucha la voz de un cumanés, "clarito y rajao".

Después de haber vivido 30 años en Cumaná, siento al igual que Salomón, el deseo de volver a verla y de sentirla cerquita de mi pecho.

Invito a mis amigos: @alidamaria, @oacevedo y @rosita1 a unirse a este concurso. Aquí la información

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