En una ocasión un alumno le preguntó a su maestro, - ¿Existe el frío? a lo que el profesor le contestó, -¿Qué pregunta es esa?, por supuesto que existe, ¿usted alguna vez no ha tenido frio?- Entonces el alumno dijo, realmente el frio **no existe**, por definición, el frío es la ausencia de calor. El calor es energía en movimiento, y cuando éste no existe, es cuando se dice que hace frío. Dicho de otra forma, la palabra "frio" se inventó para darle un nombre a la ausencia de calor. Esta aseveración, según cuentan, la hizo Albert Einstein. El punto importante de esta declaración no es quien lo haya dicho, sino que lo que dijo está comprobado científicamente. Según la ciencia, el frio es la ausencia de energía térmica entonces, podemos decir que lo que llamamos frío, no es más que "la ausencia de calor"

Dentro de este contexto hay otros que han ido más lejos y afirman que : "El Frio es psicológico" . Desde mi forma de ver las cosas, creo que , si bien es cierto, el frío puede ser psicológico porque es en el cerebro que se genera esa sensación, específicamente en hipotálamo, también creo que se vuelve físico cuando esa sensación se percibe en todo el cuerpo.

Siempre me ha gustado "el frio", amo cuando llueve y refresca el ambiente de manera que no necesito utilizar ni aire acondicionado ni ventiladores y me gusta aún más cuando voy a dormir y puedo arroparme y sentirme tranquila, fresca y cada vez que puedo, lo acompaño con una taza de Café. En mi país, (Venezuela) hay Estados muy fríos de hecho, en La Sierra Nevada, Mérida se registran nevadas cada año, pero la mayoría, entre ellos donde vivo son estados en los que el calor hace de las suyas. El Estado Sucre es uno de los más calientes.

Papá solía tener una casita en un pueblito llamado la Peñita, cerca de la Colonia Tovar. En este lugar, a partir de las dos de la tarde comienza a bajar una neblina tan densa y fría que para poder ver a 5 mts de distancia, tienes que agacharte y así poder ver las piernas de las personas que se aproximan. Recuerdo que al llegar la noche casi era imposible dormir si no contabas con un cobertor muy grueso para arroparte y cuando te volteabas para el lado contrario de la cama, parecía que estaba húmedo de lo frío que es ese lugar, pero yo lo amaba. Amaba poder ponerme suéteres sin tener que quitármelos rápido, por el calor que siempre teníamos donde vivíamos, me encantaba el olor a tierra húmeda y el olor del monte. Cuando nos trasladábamos al pueblo más cercano, era una sensación especial la que tenía al asomar la cara por la ventanilla del carro y sentir el aire frio acariciándome la cara.