Nunca pensé que algún día llegaría el momento en el que de todas esas palabras, me emocionaría hablar de zapatos. Siempre me sentí excluida con mi feminidad por no amar los zapatos

En las novelas ó en las películas, las chicas tenían por cliché, *amar* los zapatos, tenían un closet exclusivamente para ello y yo realmente no me sentía así, con ese amor por los zapatos.

Sin embargo, siempre estaba pendiente de los Stiletto, tacones, sandalias, botas (wuao me parecen preciosos y terriblemente sexies). Mi madre era igual, como no éramos de salir, veíamos raro tener muchos zapatos. Así que en mi closet solo había dos tacones, uno par de stiletto y uno único par de zapatos negros.

Me sentía bien siendo diferente, pero en el fondo no. Es muy raro, quería ser alguien fuera del común, pero quería serlo Jajajaja (La historia de toda mi vida). No me sentía bonita y divina a salir con los mismos zapatos siempre, pero tenía la excusa mental (limitaciones) de que, para tener muchos zapatos, había que gastar mucho dinero.

En fin, que desde hace un tiempo para acá he recibido muchas señales del cambio que quiero hacer y he entendido que ser nuestra propia influencer, (algo para ti) puede ser altamente positivo. Con esto me refiero a que perdemos tiempo viendo lo bien que se ve alguien, lo divina, lo wuaoo que se ve alguien en redes, soñando y anhelando, cuando uno puede ser esa persona.

¿Que nos lo impide? Si, puede que el dinero puede influir, aunque me di cuenta de, que quien quiere verse bien , busca la manera y ojo es que para ser alguien tenemos que sentirlo, si quieres ser exitoso, debes vestirte como tal y esa, es mi nueva meta.

En Venezuela hay una epidemia de venta de zapatos de la Colomby, todo el mundo vende zapatos a crédito, así que me he ido poco a poco comprando zapatos, que me gustan y unos que no, pero salen de mi zona de confort (para cambiar hay que salir de esa zona) Porque ¿hasta cuándo los mismos zapatos?

Así que les mostrare mi nuevo repertorio de zapatos que la Niña Karem, la adolescente Karem y yo estamos muy orgullosas.

Las toreritas negras, para mi son un clásico, son super cómodas y visten sin tener que cambiar tu altura, yo soy típica latina que mide 155 cm, así que la altura me beneficia, le detalle de las mariposas no estaba contemplado en el modelo original, sin embargo, fue el que vino.

Los tacones negros, me enamoraron, me gusta el grosor del tacón, me permite tener mayor soporte y estabilidad. Eso los estrenare en mi cumpleaños.

Y las sandalias de cuña color marrón claro, ese es un zapato fuera totalmente de mi estilo, no estoy acostumbrada, pero también sé que es cuestión de actitud.

Okey las plataformas me gustan, pero están un poco desconchadas, están en la meta de mandarlas a arreglar para poder usarlas, eso si el restaurador que conozco esta en Caracas.

Los siguientes pares son de unas sandalias Basinger, demasiado Fashions (el slogan) que compre con mi primer sueldo de médico. Las ame y me han servido mucho, también están un poco desconchadas, pero igual eventualmente las uso.

Los zapatos beiges son de mi mamá, pero a ver que yo salgo un poquitín más y pues nada, los uso. Al lado, verán el mejor de las decisiones en cuanto a zapatos: ZAPATOS BLANCOS, siempre había tenido resistencia, porque se ensucian mucho, yo no era la mas glamurosa, pero la teoría es cierta, el blanco combina con todo. Y al lado están mis Skechers , los mejores zapatos del mundo, de verdad duran mucho y son actualmente mi pirulín pin pon (una novela colombiana que la canción dice así: Pirulin pin pon la única camisa y el único pantalón🎵🎵🎵, muy simpática)