Hola querida comunidad Scouts. No podía faltar a esta cita con este concursos por lo que espero que todos disfruten de esta mágica historia.
Portada editada en PowerPoint con foto de Pexels
José, es un dirigente Scout, con muchos años de experiencia a cargo de jóvenes entre 16 y 20 años. Cada sábado se reúne con jóvenes de su grupo, vienen practicando para un campamento en las montañas de la Sierra de Perijá. Aurora, Olga, Carlos y Evangel son los más antiguos y los que tienen más experiencia en estas actividades; por su parte, Alexa, Jesús, Camila, Enrique y Nathalie son los más nuevos. Todos emocionados están listos para emprender su gran aventura de 5 días.
El transporte los deja en Machiques, de ahí un transporte los llevaría hasta la comunidad Yukpa de JAPARA, ahí pernoctaron y al otro día, la guía los lleva hasta la Meseta de Kunana, a una Altitud de 1.130 msnm. Luego de 6 horas de camino y faltando una hora para llegar a la meseta, se empiezan a formar nubes muy oscuras y el viento cada vez es más fuerte, la temperatura desciende rápidamente, la guía dice que deben apurar el paso o les caerá la tormenta.
La tormenta era eminente, aunque apuraron el paso en cuestión de segundo empezaron a caer inmensas gotas de agua todos corrieron hacia una pequeña cueva en lo alto de la montaña. Allí permanecieron por largo tiempo esperando a que amainara la tormenta pero cada vez la lluvia se acrecentaba más al extremo que unos minutos más tarde sintieron como de la cima de la montaña empezaban a caer grandes cantidad de agua con piedras y troncos como si se tratase de una avalancha.
La tormenta se presentó con inclemencia-Pexels
Vieron una cueva y se aguarecieron en ella-Pexels
Afuera seguía lloviendo y solo se escuchaba el sonido de los truenos y relámpagos cada vez más fuerte, lo que inquietaba más a los acampantes. En ese momento Evange recordó que por lo general en muchas cuevas suelen haber otras salidas y como sintió una pequeña corriente de aire sacó de su bolcillo un yesquero que siempre llevaba consigo, lo encendió y notó que la corriente provenía del fondo de la cueva por lo que poco a poco fue caminado hacia donde estaba la fuente de la corriente de aire.
Inmediatamente Evange les gritó al grupo, “Muchachos, por aquí hay una salida vengan todos” y Carlos al escuchar el grito, se dirigió con el resto del grupo hacia donde estaba Evange y constataron que en efecto era una pequeña abertura donde fácilmente podían salir de la cueva.
Carlos entonces atravesó el orificio y notó que en esa parte todo estaba seco y no había ninguna evidencia de que hubiera llovido y aunque le pareció extraño e insólito les pidió a todos los demás que pasaran hasta donde estaba él.
No podían entender lo que pasaba, ¿cómo era posible que ante tan drástica tormenta, en ese lado de la montaña no hubiese llovido? Sin tener respuesta caminaron hacia la cúspide de la montaña hasta divisar el panorama completo de sus alrededores y para sorpresa de todos se dieron cuenta que estaban exactamente en la montaña vecina a la que ellos habían estado escalando y vieron que para el otro lado aun llovía, pero para esa parte de la montaña todo estaba despejado con una luna radiante que iluminaba claramente aquella noche.
Desde la cima de la montaña pudieron ver un cielo despejado-Pexels
Carlos lo invito a acercarse y acompañado por su presencia acamparon esa noche en ese lugar mágico escuchando al anciano indígena narrar varias historias mitológicas sobre aquella montaña. La noche fue placentera y todos durmieron felices después de aquel susto y al amanecer, al despertar notaron que ya el anciano no estaba y al mirar desde la cúspide de la montaña vieron con asombro que estaban en la misma montaña donde el día anterior habían iniciado su recorrido.
Sin ninguna explicación de lo ocurrido pensaron que lo que el anciano les había contado era cierto y que aquella tierra de alguna manera tenía esos poderes insólitos que la razón humana no podía entender.
Permanecieron los demás días allí y disfrutaron del hermoso paisaje que invitaba a la contemplación y al encuentro con uno mismo. Agradecieron a Dios por aquella experiencia y prometieron volver a regresar a aquella montaña mágica ancestral.
