Muy en el fondo del mar junto a las algas en una cueva vivía una hermosa familia de sardinas.
Mari y Carlos tuvieron un hijo y le pusieron por nombre Pepe, él era un pecesito muy alegre y divertido, le encantaba viajar y descubrir nuevos lugares, Pepe era un pez muy activo siempre quería estar corriendo y jugando, sus padres lo regañaban mucho porque se escapa a distintos lugares y por horas no sabían nada de él hasta el momento en el que llegaba y cuando regresaba estaba tan contento que le contaba a sus padres sus aventuras y las nuevas cosas que acababa de descubrir, sus padres asustado de que le pasara algo lo reprendían y castigaban, pero aún así Pepe seguía escapando.
En su habitación había un hueco que Pepe había hecho para escaparse cada vez que lo castigaban, él siempre tenía una intriga y su mayor sueño era poder ver a una ballena, aunque los otros peces les hablaban muy mal de ellos y le advertían que son peligrosas, él aún así quería verlas, aunque solo fuera de lejos porque le contaban que eran gigantes.
Un día determinó conocerlas, se levantó muy temprano y en su mochila guardo alimentos para el viaje entonces se dirigió al hueco que estaba en su habitación y por allí salió con mucho silencia para que sus padres no despertarán. Muy contento cantando se dirigió al arrecife allí es donde le dijeron que podría encontrar una ballena.
Mientras nadaba en el camino se encontró a varios de su amigos y le contó lo que pensaba hacer, sus amigos muy asusdos le decían que si estaba loco que se fuera para su casa y él no los oyó, al contrario se iba más rápido antes de que sus padres se enteraran. Sus amigos muy asustado fueron directo a la casa de los padres de Pepe a contarles lo que él pensaba hacer.
Al llegar llamaron a la puerta con gritos ¡Marí, Carlos!... ¡Pepe se ha ido al arrecife a ver a las ballenas!, los padres de Pepe al escuchar lo que le contaban los amigos de su hijo, salieron inmediatamente de la casa y se fueron a buscarlo, iban tan rápido para alcanzarlo pero no sabían que él ya había llegado.
Ya cuando llegaron lo vieron de lejos y le gritaron ¡Pepe ven!... Pepe al ver que sus padres estaban allí nado más al arrecife porque tenía muchas ansias de poder ver una ballena, pero lo que no se imaginaba era que cerca de él había un barco, (allí habían pescadores) y al soltar sus redes lo atraparon junto a otros peces, él al verse encerrado se asustó tanto y trataba de salir, él gritaba llamando a sus padres con tanto desespero lloraba, sus padres al ver que no podían hacer nada lloraban, las redes subían y ellos trataban de ayudarlo a escapar y le decían Pepe te amamos se fuerte.
En ese momento Pepe recordó lo mucho que sus padres lo amaban, que apesar de todo lo que él les había hecho pasar todas las veces al escaparse de su casa, sus padres aún le decían que lo amaban y que fuera fuerte, entonces el reunió todas sus fuerzas y como pudo salió por un hueco de las redes, apretado pensó que no saldría pero tuvo valor y sacrifico sus aletas para poder escarpar.
Pepe logro escapar pero sus aletas estaban rotas, entonces comenzó caer a lo más profundo del mar porque sus fuerzas se habían acabado, sus padres de dirijieron a buscarlo y nadaron tanto hasta atraparlo, de nuevo la familia estaba unida.
Pepe despertó estando en su casa y muy triste le pidió perdón a sus padres por no haberlos obedecido, ¡Perdóneme mamá y papá por todo el dolor que les he hecho pasar ustedes siempre han estado conmigo y yo les pagué con este susto dónde casi muero, les prometo estar siempre con ustedes y los obedecere en todo momento! - sus padres lo abrazaron y lo perdonaron y desde entonces Pepe ha Sido un hijo ejemplar par ellos.
En este historia podemos ver la importancia de obedecer, muchas veces queremos cumplir nuestros deseos sin pensar en las consecuencias y en nuestros padres. Así como Pepe aprendamos a valorar a nuestros padres y a controlar nuestros deseos, ya llegará el momento de cumplirlos.
Gracias por haber leído mi historia para mí fué un placer redactarla, espero les haya gustado tanto como a mí.