Hola querido diario, hoy te cuento otro día más de mi vida, último día del año y aún me quedaban cosas pendientes por hacer. Mi hermana me pasó buscando bien temprano para ir al centro, ya que necesitaba algunas cosas que iban a necesitar los primeros días de enero, pero por lo general la mayoría de la tienda cierran y no abren hasta después del 15.
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Llegamos al centro y lo primero que hicimos es ir a tiendas de ropa porque me faltaba la ropa del cumpleaños de mi hija, que es el 8 de enero, pero como mencioné, todo cierra, ya que la mayoría toman vacaciones en esas fechas.
El centro está full de personas que dejaron todo para última hora, gracias a Dios ya sabía a dónde iba a llegar y compramos de una vez, saliendo del centro unos señores estaban vendiendo uva y los niños se antojaron, le dimos unas pocas y las demás la guardamos para los deseos de la noche.
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Luego de comprar acompañe a mi hermana a buscar el pan de jamón para la cena de esta noche, pues ya lo habían encargado y la señora que no los iba a entregar iba a salir, llegamos a tiempo antes de que se fuera.
Al llegar a casa de mi mamá bajé todas mis cosas, ya que me había traído la ropa que me iba a poner en la noche, menos más que solo era la noche, je, je, je porque me lleve muchas cosas.
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Luego baje el pan y las uvas y mi mamá me mostró el pollo que se veía muy delicioso, lo preparo una vecina cerca de la casa, ya solo faltaba la ensalada que mi mamá la estaba haciendo y las hallacas que ya había encargado, pero no había ido a buscar.
Pasamos la tarde acostada y conversamos un rato hasta que llegó la hora de alistarnos para cenar, primero le dije a mi hija que se alistará para terminar de arreglarla y ponerle sus mechas y cintillos de perlas.
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Una vez termine con ella me aliste yo, al rato ya estábamos todos listos y nos fuimos al comedor para cenar en familia, mi sobrino hizo la oración, luego mi mamá dio unas palabras y proseguimos a comer, nuestra cena tenía pollo relleno, ensalada hallacas y pan de jamón.
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Llegó la hora de brindar, mi hermana destapó la botella de vino, todos nos asustamos un poco cuando el corcho salió volado, para que los niños brindarán le dimos refresco, aunque mi sobrino estaba necio que quería vino ja, ja, ja.
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Después del brindis llegó el momento de pedir los 12 deseos mientras comemos uvas, cada uno lo hizo, al finalizar nos fuimos a casa de mi abuelo a recibir el año allá, mientras se hacían las 12 los niños jugaron con estrellitas y fuegos artificiales hasta que llegó el momento de hacer la cuenta regresiva y dar un abrazo de feliz año.
Todas las fotos son de mi propiedad y exclusivas para Steemit, tomadas del Redmi Note 10 5g en el Edo. Zulia, Venezuela
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