Llegó el 20 de febrero y mis actividades fueron variadas, entre visitar el cementerio, compartir comida con la familia y visitar algunas tiendas con mi hija menor.
Así comenzó mi día:
En una tienda de mi ciudad Cantaura
En la mañana
Querido diario, a las 5:10 am me levanté para realizar como de costumbre, mi devocional de oración, el cual es primordial para mi bienestar espiritual y para tener la fuerza suficiente para el resto de las actividades del día.
Al terminar la oración, mi mujer se había levantado y preparado el desayuno. Durante el desayuno le dije que iba a ir con mi sobrina y un hombre a limpiar las tumbas de mis padres y que estaría mucho tiempo en el cementerio.
Pasé por casa de mi sobrina, buscamos al amigo que iba a hacer el mantenimiento y nos fuimos al cementerio.
Al mediodía
Después de terminar el trabajo de mantenimiento en el cementerio, dejé a mi sobrina en casa y al señor que hizo el mantenimiento.
Alrededor de las 12:15 pm regresé a casa y mis tres hijos estaban allí y el almuerzo ya estaba preparado. Compartir la mesa con mis hijos es para mí algo sagrado, es el momento en que como familia damos gracias a Dios por la provisión del día y por la salud de todos los miembros de la familia.
La comida era muy sabrosa, bueno, tenía mucha hambre y estar con mi familia era aún más especial.
Tarde y noche
En cuanto he terminado de comer con mis hijos, me he ido a descansar y luego me he duchado, porque a las 5 de la tarde tengo que salir con mi hija pequeña que tiene que comprar algunas cosas en las tiendas del pueblo.
Descansé como una hora y media, me duché y luego salí con mi hija menor como habíamos acordado.
Mientras ella elegía lo que iba a comprar, yo me paseaba por todos los pasillos y comprobaba los artículos con sus respectivos precios.
Llegamos a casa sobre las 19:30, me fui a tomar otro descanso y luego me instalé en mi ordenador para leer algunos posts de otros usuarios para comentar y votar.
Mi querido diario, es todo por hoy.
Aquí les dejo Mi presentación