Capitulo 1. En la Ciudad.
Sacando Permiso, en el tráfico.
Sofía y Alejandro iban en el auto, 4runner negra junto a su padre Santiago, que estaba conduciendo camino a casa. El sol dibujaba tonos dorados y rojizos en el cielo, ese típico mágico color de un atardecer. Alejandro jugaba vídeo juegos, Sofía veía el atardecer y Santiago solo tenía las manos en el volante y veía al frente. Habían muchos autos delante y se movían lentamente. A pesar de los vidrios arriba y que la camioneta era blindada, aún había un leve sonido de las bocinas de los autos afuera.
Imagen autoría de @maelichb, creada para esta historia
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Santiago Roblan
Santiago Roblan, un hombre alto, moreno, ojos color miel, cabello liso y de color castaño, lo usaba corto, algo despeinado, que le daba un toque irresistible, de contextura moderada pero musculosa, tenía unos músculos definidos, que ha mantenido gracias a sus entrenamientos físico constante. Él es un hombre muy abocado a la familia y buen amigo, centrado en sus negocios. Se casó y tuvo a sus hijos siendo bastante joven, así que en la actualidad, a penas tenía 43 años.
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Sofía Roblan
Sofía, sus facciones físicas eran algo parecidas a su padre, pero sus ojos eran color azul celeste como su madre, y su cabello era ondulado, de un color castaño bastante claro, casi rubio. Quería convencer de que le diera permiso de salir el fin de semana. Pese a su edad, 20 años y de estar en la universidad, era la niñita de papi, tal vez un poco mimada, consentida, algo rebelde y a pesar de eso, trataba en todo lo posible de complacer a su papá, "en la mayoría de las cosas", aunque eran pocas, no faltaban las veces que se había metido en problemas, desobedeciendo o haciendo algunas travesuras, más sin embargo su padre era bastante permisivo con ella.
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Alejandro Roblan.
El pequeño Alejandro de 13 años, no tan pequeño, ya que era un chico alto, de tez blanca, su cabello era negro azabache y liso, sus ojos también eran de color negro, sin embargo de vez en cuando cambian su color a púrpura, en su familia no sabían la razón. Jugaba videojuegos, él era un niño muy misterioso y el más consentido de su familia, bastaba con pedir algo y ya lo tenía en sus manos, podría decirse que es un poco malcriado. Sin embargo, era muy solitario, cariñoso y se la pasa escribiendo y dibujando cosas que nadie había visto, eran un tesoro para él.
—Papá, sólo será un fin de semana, mis tres amigas y yo, vamos no me puedes decir que no. Nada de chicos, te lo prometo— Sofía culmina la frase como una cara de pucheros.
—Sofía esta vez no, si quieres trae a tus amigas a casa este fin de semana como cada año, sabes muy bien que es importante para la familia, nos reuniremos— dice el padre sin quitar la mirada de la calle.
—Papá basta te haces daño... — dice Sofía y al ver la cara de su padre sería, hizo silencio...
—Sofía por favor, no insistas, este domingo es una fecha especial, y nos iremos a la casa del pueblo, puedes traer a tus amigas, es lo más que te puedo conceder.— dice Santiago con un tono firme pero relajado.
Sofía suspira, abraza a su papá — Está bien, te amo, vendrán conmigo, Maricela, Anabel y Melanie.—
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—Te amo, ustedes, mi familia es lo más importante para mí. Te amo mi princesita— Santiago hace una pausa y luego pregunta —¿Quién es Melanie? No habías hablado de ella.—
—Es una nueva amiga, la conocí hace poco, pero siento que la conozco de toda la vida, te va a encantar...— Dice Sofía con una sonrisa en la cara.
—Todas tus amigas son bienvenidas y parte de la familia, será una hija más, como Maricela y Anabelle— dice Santiago
—Gracias papi— dice Sofía y le da un beso a su padre en la mejilla.
—Alejandro, ¿Y tú?— Pregunta Santiago y continúa diciendo —También puedes llevar algún amigo—
—Pa, sabes que no tengo amigos, bueno si, llevaré a Sansón, le gusta mucho estar en la casa del pueblo— Responde Alejandro.
—Papi, eso me preocupa, tiene 13 años, no tiene amigos, ni sí quiera sabemos si le gusta alguna chica, ¡O chico!— Dice Sofía con sonrisas un poco burlonas.
—No necesito estar rodeado de amigos o novias que me digan que sí a todo, así sea mentira, no quiero que me mientan— responde Alejandro muy serio.
—Mis amigas no son así— Dice Sofía
—Pero tus novios sí—responde Alejandro.
—Basta.... Cada quien puede ser como quiera— Dice Santiago, a ambos.
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Sofía sacaba la lengua a Alejandro, pero alejandro no apartaba la vista de sus vídeo juegos.
Hola Yo soy María Virginia Bauza, me gusta escribir historias de mi imaginación e inspiración. Así que quiero compartir contigo una novela de mi autoría. Por fin me he animado a publicarla. A ti que la estás leyendo, ¿Qué opinas?
Y te espero en el próximo episodio.
Fuentes:
Separador creado con Apps colors y Pixlab.
PIXLAB para editar fotos y crear collages
Picsart Colors crear, editar imágenes, gifs y vídeos cortos.