Otro día tratando de dar lo mejor, un mes duro pero confiando en que saldrán trabajos independientes para poder costear los gastos de la casa y apoyar en el proceso de mi segundo hijo.
No todo es trabajo y preocupaciones, a veces me encierro en lo que no tengo, es mejor salir y liberar la mente.
En la mañana regué la mata del frente, espere viniera mi cuñado para pegar la bomba, pero nada que llegó el agua, le tocará esperar que vuelvan a soltar, tiene tanque llenos pero cuando abren las tuberías hay que llenar todo porque no se sabe cuándo volverá.
Mi esposa preparo un buen desayuno, el café que tenía días que no tomaba hecho por ella, sino en casa de tía o mamá; terminamos de comer y recogí la reguera que dejó Ronniel.
Después del almuerzo salí al frente, como no me gusta estar acostado perdiendo el tiempo desarme la puerta del lado del copiloto para cambiar el vidrio, tenía uno de plástico y le habían dado uno original.
Nos fuimos para que papá, Sebastián saco el balón y nos pusimos a jugar a encestar en el aro, la edad está pegando pero anoté varios puntos, hasta mamá tiro la pelota hacia el arco; entre los bajones eléctricos que estaban pasando apagaron el aire y seguimos jugando.
Lleve a Meli para hacer unas compras, con el presupuesto recortado estamos resolviendo un día a la vez, no había harina para la cena, a Ronniel le faltaban verduras y otras cosas.
Mami nos recibió con merienda, en la mesa estábamos charlando sobre las terapias y que resultó que queda cerca de la casa de mis padres, que si no tengo gasolina hasta a pie se puede llevar al niño para sus consultas.
Entretenidos con un live (en vivo en tik tok) que estaba haciendo el sobrino de un primo nos quedamos en la sala porque estaba hasta cantando, cenamos arepa y regrese a la casa, que mi hermano dejaría el carro, para trabajar en el al siguiente día, si salgo temprano de las diligencias de Ronniel y ganarme algo para la comida.
Gracias por el apoyo que Ronniel está recibiendo a través de las donaciones para sus fisioterapias.