¡Saludos estimados amigos de esta gran comunidad!
En esta ocasión les presento un relato con giro especial que espero les guste y comenten.
Fuente de pixabay.com y diseño en canva.com por @casv
La caja en el basurero
La niña que cuidaba Janet no dejaba de llorar aquella tarde mientras caminaban por el callejón del vecindario de regreso a casa, como si un capricho tenebroso se hubiera apoderado de ella obsesivamente.
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Janet observaba como la niña quedaba prendada de la mirada de aquellos rostros destrozados de las muñecas en la caja del basurero. Al verlos quedaba totalmente intimidada como si una fuerza dominante la impulsará involuntariamente a acercarse.
La muñeca rota
La niña cesaba el llanto casi de inmediato al ver la cara de una muñeca con rostro quebrado y espeluznante mirada que se encontraba en la caja. La tomaba y acariciaba su cabello rizado y maltrecho, comenzando a reírse eufóricamente al punto que Janet reaccionaba tomándola por los hombros para calmarla.
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La niña con mirada extraña y amenazante le pedía a Janet llevar a casa a la muñeca rota para darle un nuevo hogar. Janet asentaba con su cabeza, casi enmudecida de un miedo que transitaba por todo su cuerpo haciéndola temblar, con una terrible sensación de aflicción y desolación abrumadora.
El encanto
Janet llegaba a casa inexplicablemente exhausta por lo que decidió descansar en su dormitorio. La niña se encontraba encantada mientras una influencia poderosa se irradiaba sobre ella doblegándola a su voluntad cada vez más.
Ella entraba a su habitación con su muñeca rota para presentarla como invitada especial a sus demás juguetes y comenzar el juego. Caminaba hacia la cocina para tomar un cuchillo con el que excavaría en el jardín, en el mismo lugar donde hace un año había enterrado a su vieja muñeca.
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De regreso a su habitación tomaba la sal y su vieja muñeca para iniciar el rito en medio de su cama, posándola junto con la muñeca rota, rodeándolas de un círculo de sal invocando fuerzas desconocidas de la antigüedad.
En la otra habitación Janet enfermaba y perdía cada vez más su aliento hasta desfallecer, siendo secuestrada en un viaje ancestral por una fuerza oscura que la dirigía hacia la habitación contigua.
El destino final y el payasito triste
Janet despertaba sintiéndose extraña al ver que estaba en la otra habitación, inmóvil, sin poder hablar ni parpadear. Sólo veía el rostro sonriente de la niña que la acurrucaba en sus brazos, la acariciaba, la peinaba y la oía cantar. Janet había quedado atrapada en el cuerpo de la vieja muñeca para siempre como también lo había sido la niña en la muñeca rota.
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La niña y Janet se reconocieron en el juego macabro, así como reconocieron al hermano de la niña fallecido hace dos años atrapado en el cuerpo del payasito triste que las observaba desde su canasta.
La marioneta fantasmal
Una marioneta fantasmal se había liberado de la muñeca rota para tomar el lugar de la niña, esperando pacientemente en la escalera del sótano para recibir a sus padres que regresarían de viaje y así comenzar el juego de la marioneta de nunca acabar.
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Los separadores e imágenes son de mi autoría.
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