Enero fue un mes raro, incómodo. En primer lugar, comenzó, como siempre, marcando el principio del nuevo año, pero resulta que, en la práctica, en ese jolgorio que empieza desde antes del 24 de diciembre y se extiende hasta quién sabe cuándo, como ese primer día de enero fue sábado, daba la impresión de que se trataba de la continuación, de que también formaba parte, parranderamente hablando, de los días finales del mes anterior, una decembrina fecha más; para ese momento seguíamos con el mismo espíritu y todavía, aunque lo esperamos lo celebramos e hicimos una lista de deseos por cumplir, no teníamos conciencia de que el tiempo estaba ya en su ruta hacia otro año que no habíamos estrenado porque seguíamos en lo mismo.
Después de ese primer día, enero entonces se convierte en un ensayo, el cual queremos desesperadamente transformar en una magistral y definitiva melodía que nos amenice el resto de nuestro sendero. Tratamos, por todos los medios, de corregir los errores que, en el pasado, nos crearon problemas; de buscar una manera diferente de enfrentar las circunstancias, con la finalidad de que todo fluya a nuestro favor; de utilizar, en fin, la experiencia y enfrentar las nuevas oportunidades para alcanzar nuestros más altos anhelos.
Mi meta, en el universo Steemit, por ejemplo, se centrará este año en continuar fortaleciendo mi monedero. Debo decir, con toda responsabilidad, que fue un aspecto que, tanto por desconocimiento como por necesidad, descuidé totalmente desde mi inscripción, en febrero del año pasado, en esta plataforma; un error que a lo largo de este 2022 trataré de enmendar apelando a todos los recursos que pueda conseguir. Sé que no es fácil, pero estoy dispuesto a lograrlo.
En ese sentido, he tratado de publicar con más frecuencia que en el pasado; además, me he dedicado a leer con detenimiento los posts cuyos contenidos nos orientan hacia una mayor efectividad en esta blockchain. Hasta ahora he obtenido algunos beneficios significativos que me han permitido avanzar en los objetivos que me he propuesto y estos se convierten en incentivos, en satisfacciones, que me inducen a continuar con buen ánimo; sin embargo, mis expectativas intentan alcanzar cielos más altos para desplegar por completo las alas.
He tenido, por supuesto, algunos desagradables tropiezos en este primer mes del año. El más notorio fue la desconsolada comprobación de que no estaba cumpliendo con el club5050. La verdad no podía entenderlo. De acuerdo con las cuentas que llevaba de mis finanzas, estaba dentro de los parámetros estipulados para pertenecer al mencionado club; sin embargo, no era así. Como sé que, en cuestiones de números y operaciones matemáticas, soy un poco despistado, no le di muchas vueltas al asunto y solo me dediqué, con todo mi ahínco, a recuperar el estatus que ya antes había alcanzado, y en seguida lo logré.
En líneas generales, enero, un mes incómodo porque se encarga de la resaca de diciembre, con todo y sus respectivos altibajos, representó para mí un fructífero período. Mis publicaciones han sido reconocidas en algunos concursos, he obtenido esporádicos beneficios de las cuentas curadoras y mi monedero, aunque no se compagina con la velocidad y cantidad de mis anhelos, sigue robusteciéndose; por lo tanto, mis metas y mis ganas continúan en pie.
Invito a los amigos: @felixgarciap, @lachicarebelde, y @villalona; igualmente pata todos quienes se encuentren interesados en participar, por aquí les dejo el link del concurso, moderado por @anasuleidy.
Nota: La publicación está configurada con el 15% para esta comunidad.