Las manifestaciones psicológicas positivas de los videojuegos/ Viernes de Psicología

1.- Dos visiones sobre los videojuegos

La mayoría de los estudios que se han realizado, tanto en el ámbito psicológico como en todas las demás ciencias que se ocupan de las manifestaciones humanas, sobre la influencia de los videojuegos en quienes se dedican de manera frecuente a practicarlos, está orientada, por lo general, a los aspectos negativos. En este sentido, se han destacado siempre factores como la adicción, el desinterés hacia otras actividades, el tiempo perdido, la tendencia a la soledad, el bajo rendimiento académico y muchos otros que se encuentran dentro de estos mismos parámetros. Todos estos estudios han contribuido a postular estas actividades como una peligrosa influencia para sus consumidores.

image.png
Fuente

En los últimos años, sin embargo, reconocidos investigadores, dedicados a la influencia de las nuevas tecnologías en el entorno social e individual, han dado a conocer significativas consideraciones sobre los efectos beneficiosos de los videojuegos. Estos nuevos estudios enfatizan, por ejemplo, su factibilidad como agentes terapéuticos en la solución de problemas de salud que repercuten en el comportamiento, tales como las adicciones y las depresiones causadas ante una enfermedad terminal; ratifican, además, que existen programas basados en los videojuegos que estimulan la práctica deportiva, el compromiso y la motivación entre los usuarios de estas herramientas tecnológicas emergentes.


2.- Aspectos psicológicos positivos de los videojuegos

Uno de los aspectos más destacados dentro de los lineamientos positivos que se derivan de la práctica de los videojuegos se refiere al aumento de la capacidad de atención del individuo. En los momentos en que el juego se encuentra en plena ejecución, un competidor que pretenda ser exitoso debe manejar con propiedad varios escenarios al mismo tiempo. Ningún elemento visual puede ser obviado de su radio de acción, ni los que emergen en primer plano ni los periféricos; es imprescindible igualmente procesar sin dilación los estímulos auditivos, tanto los provienen del juego propiamente dicho como los que emiten los otros jugadores -lo cual implica la necesidad de un proceso comunicativo eficiente entre ellos-; y todo debe suceder mientras manipula con aplomo los controles que deben convertirse en un apéndice de sus manos.

De acuerdo con la opinión de los más connotados investigadores que se han ocupado de estos temas, este modo multitareas con que se desenvuelven normalmente los jugadores les proporciona habilidades cognitivas para la comprensión, simplificación y solución de problemas, y para relacionarse mejor con el mundo que les rodea, ya que se apropian de habilidades para discriminar las herramientas que les son útiles ante determinadas circunstancias; desarrollan, a fin de cuentas, una inteligencia práctica y fluida que les ayuda a interactuar con su entorno de la forma más empática posible.

Las nuevas investigaciones han dejado en evidencia, por otra parte, que el estigmatizado perfil del gamer solitario y taciturno, sin contacto alguno con su entorno, es en estos tiempos una falacia. Una de las motivaciones principales para dedicarse a los videojuegos es la pertenencia a un grupo con el que se comparte, se socializa, se aprende y se celebran los éxitos. Cada grupo, por supuesto, está en contacto con muchos otros para conforman un universo dedicado al estudio meticulosos de ese ámbito complejo en el que, al igual que en casi todas las actividades humanas, son necesarios el trabajo constante, la experiencia y las buenas actitudes para alcanzar las mejores posiciones.

Desde ese punto de vista, los videos juegos implican, entonces, la planificación de estrategias, la organización de equipos eficientes y el establecimiento de metas inmediatas que canalicen el alcance de otras en el futuro; para examinar todo esto, es necesario evaluar un compendio de factores y variables que les proporcionen oportunidades reales de éxito, por lo tanto, los jóvenes dedicados a estas actividades se van apropiando de una magnífica herramienta de análisis que, si la aplican en su proceso de educación formal, expandirían sus capacidades para triunfar en este ámbito.

Lo cierto es que los videojuegos constituyen una realidad ineludible entre niños, adolescentes y un buen porcentaje de personas adultas que palpamos en nuestra cotidianidad. Evaluar estas actividades solo desde un punto de vista negativo no quiere decir, de ninguna manera, que es un problema que va a desaparecer por el bien de quienes lo practican. Al contrario, sabemos que su auge cada día crece casi exponencialmente. Es imprescindible, por lo tanto, continuar estudiando los beneficios que se derivan de su práctica, con la finalidad de obtener las mejores perspectivas para que sus efectos sean canalizados hacia los más provechosos parámetros individuales y sociales.

H2
H3
H4
3 columns
2 columns
1 column
6 Comments