Lunes de escritura: Juan el Cometa. Por @gabylazarde. [Club5050]

Ángela y Rosendo vivían pendiente de su hijo Juan. Como padres, querían lo mejor para él, y les preocupaba que no culminara sus estudios.

Juan era un estudiante promedio, un joven bastante despreocupado y malcriado, tanto que le decía a sus padres que no quería asistir más al liceo. Ellos siempre trataban de persuadirlo y le aconsejaban frecuentemente porque soñaban con verlo con una profesión.

Las ausencias frecuentes de Juan en el colegio le ganaron el apodo de "Juan el Cometa", cosa que no le afectaba. Pero con el transcurrir de los meses a Juan le aplazaron varias materias, sus padres estaban muy decepcionados de él cuando fueron a buscar sus calificaciones. Ese día sintió mucha pena al percibir la tristeza de su viejos, comparada con la alegría de los otros representantes cuando conocieron las notas de sus hijos.

Sus amigos se burlaban de él por no obtener buenas notas en las materias cursadas, y esa vez Juan estaba muy afectado, pero no por las burlas de sus compañeros, sino por la tristeza y decepción que nunca antes había observado en sus padres.

Esa noche el señor Rosendo sentía mucho coraje por ver como su hijo perdió el tiempo, sin pensar en su futuro ni en el esfuerzo de ellos para que estudiara. Fue tal su rabia que tuvo un infarto fulminante en frente del muchacho.

El impacto de la muerte de su padre movió cada fibra de su ser, porque nunca más volvió a ser el mismo, en su conciencia llevaba el peso de la muerte de su padre. Su madre pasó mucho tiempo que no le dirigía la palabra porque lo culpaba de la muerte de su esposo.

Pasaron los años y Juan entendió que sus actos tuvieron malas consecuencias. Maduró con el tiempo y pudo hacer las cosas correctas. Ahora era un chico responsable que trabajaba y estudiaba para culminar la Universidad. En sólo dos meses estaría presentado su tesis de grado y estaba muy ansioso con todo lo que estaba a punto de lograr. Aprendió que las cosas se consiguen con mucho esfuerzo y dedicación, sobre todo amor por los estudios.

Ángela comprendió que era el momento de sanar las heridas y dejó de culpar a su hijo por el trágico suceso. El tiempo le dió la razón, porque ordenando unos libros en su casa encontró unos resultados médicos que revelaban la delicada salud de su difunto esposo. Ahora ella lloraba por haber sido injusta con su hijo. Gracias a esa verdad, Juan pudo perdonarse a sí mismo y seguir adelante al lado de su madre.

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