En esta oportunidad quiero relatar esta historia que le sucede a muchas personas, en especial a las mujeres. Algunas chicas confiando en otras personas desaparecen en cuestión de horas y nunca regresan a sus hogares. Esta historia la escribí pensando justamente en las mujeres que no pudieron lograrlo. Sin más preámbulos mi historia.
Fuente
La dulce anciana María Celeste estaba muy preocupada por su querida hija Rosa Amelia. Su hermosa hija se había despedido porque iba a una entrevista de trabajo donde le garantizaban un buen salario. Le dijo a su dulce madre que volvería y que disfrutaría su rica arepa, ya que su amiga la estaba esperando para presentarle a su futuro jefe. Iba feliz pensando que su suerte había cambiado, y con ello, podría darle una mejor vida a su querida viejita. Lo que no sabía la inocente chica, es que había ido directo a una guarida de pervertidos y drogadictos.
Rosa Amelia llegó justo a tiempo al lugar de la cita. Su amiga le sirvió un café y de allí no supo más nada porque había sido drogada. Su amiga no era ya la agradable chica que un día había conocido, porque desde hace años había sucumbido en el mundo oscuro de las drogas y había vendido a la pobre joven para así pagar por su horrible vicio.
Pasó un día y Rosa Amelia no regresó a casa con su querida madrecita, quien estaba totalmente angustiada y con una gran presión en el pecho. La anciana desesperada pidió ayuda a su queridos vecinos, quienes no dudaron ni un segundo en ir con ella para poner una denuncia.
Llegaron al organismo y ella le contó en detalle a la Policía lo que pasó: Su niña se había ido a una entrevista de trabajo y nunca regresó. Desconsolada, la anciana les dijo que no perdieran el tiempo, y la buscaran con las pistas que proporcionó.
Las autoridades le aconsejaron que se calmara y esperara, ya que ellos no podían actuar sin haber transcurrido más días. Llorando le suplicó que buscaran a su hija, una joven de bien, con muchos sueños y que nunca la abandonaría de esa forma.
Siguiendo la pista de la angustiada madre lograron localizar a varias mujeres que eran explotadas sexualmente, pero en ningún lugar ubicaron a la muchacha. Las chicas rescatadas afirmaron que habían visto a Rosa Amelia por última vez tratando de zafarse de un violento cliente. Pasaron los días y encontraron su cuerpo en el basurero de la ciudad.
Su madre quedó devastada y desamparada porque su hija era su único familiar, su vida y niña adorada. Sus vecinos la ayudaron a soportar la dura pérdida y todos pidieron justicia por la muerte de Rosa Amelia. El asesino nunca pagó cárcel porque logró escapar de las autoridades, y tampoco la "amiga" de Rosa Amelia porque perdió la vida a causa de una sobredosis.
Lamentablemente el tiempo siguió su curso y otras chicas tuvieron un trágico destino tal como Rosa Amelia.
Cuando la búsqueda se activa muy tarde hay mucho riesgo de no encontrar con vida a una persona. Cada segundo es vital para los desaparecidos, puede hacer la gran diferencia entre la vida y la muerte.
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