Imagen de mi propiedad de mi galería personal
Tales acciones tendrán un eco en la eternidad, hoy somos el producto de eso que pensamos, sentimos, dijimos e hicimos hace 5 años atrás.
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Hoy somos el producto de los amigos y familiares más frecuentes con quiénes andamos a diario, somos reflejo de esas relaciones.
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Conviene mucho saber pensar, sentir, aprender a canalizar nuestras emociones a saber muy bien cuando y como hablar y sobre todo aprender muy bien a desarrollar nuestras acciones.
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Un deseo no bastará para cambiar algo, pero una decisión si por eso siempre vamos a estar invitados a decidir pensar, sentir, emocionarse, hablar y actuar de manera humilde, como lo enseñó El Salvador.
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De forma prudente, sin prejuicios, nada acelerado, calmado, paciente, amoroso antes que rencoroso, sin temor, lleno de certezas, sin espacios a la duda, confiando y creyendo que será y pasará.
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Mi madre una vez me dijo:
Piensa
Siente
Habla
Actúa
De manera y forma dulce el día que te toque recordar un pensamiento, sentirlo de nuevo, hablar de nuevo y hacerlo una vez más que tenga ese sabor dulce, de lo contrario tendrá un sabor nada agradable y es ahí donde conocerás el sabor de no pensar, sentir, hablar y actuar conforme a lo enseñado por un Dios de amor.
También toca aprender a darle valor a las personas que nos aman y a los que nos ayudan de diferentes maneras y con amor siempre lo logramos y sobre todo entender que todo lo que nos pasa tiene alguna razón que solo Dios sabe él porque y que nosotros somos capaces de soportar eso y más.