La revista científica Frontiers in Again Neurosciencia, en un estudio realizado en la Universidad de Tartu en Estonia liderados por Raúl Vicente, tenían bajo vigilancia a un paciente de epilepsia grabando secuencias neuronales que suceden en el cerebro por medio de un electroencefalogramas para así examinar los cambios ocurridos en el cerebro mientras el individuo sufría de estos ataques repentinos, determinar su causa y de esta manera aplicar los medicamentos apropiados.
Pero el paciente murió de forma inesperada, esto cambio la dirección de la investigación inicial pues al examinar las cinta notaron algo extraordinario que sucedió en el cerebro del difunto, hubo actividad en el cerebro 30 segundos antes y 30 segundos después de paralizarse por completo el corazón en aéreas relacionadas con el sueño, recuerdos, concentración, de procesamiento de información e inclusive en zonas alfa y beta que se les cataloga por poseer el mayor escalafón cognitivo.
Este estudio que fue fortuito por así decirlo, al detenerse el corazón estas áreas del cerebro tienen pocos segundos de vida e imaginan que la persona tiene pensamientos aun que son gratos. He escuchado relatos de personas que dicen que murió un conocido y tenía una mirada de bienestar y que tenía una pequeña sonrisa dibujada en su rostro. Entonces pueden tener razón estos estudios que la persona en ese momento final recuerde los mejores momentos de su vida.
Aunque también es fácil pensar es que esto sucede si el individuo tuvo una vida plena, que fue una buena persona, que verdaderamente fue un ser feliz, porque de manera personal no creo que una persona de mal corazón tenga en ese momento crítico buenos recuerdos, creo que se despediría de este plano terrenal con recuerdos malos, nada placenteros. Esto será y seguirá siendo un enigma de la vida lo cierto es que sería grato despedirse de este mundo con recuerdos que valgan la pena.