¡Feliz y bendecido inicio de semana!
Las telenovelas y películas románticas nos han llevado a idealizar el vivir un amor eterno. No obstante, en ciertos momentos no notamos que en medio de esta idealización, se han dado acontecimientos de que la persona enamorada, solo presume algo que al 100% no es suyo y cuando a la figura opresora se le dá la ocasión, humilla el amor tan infinito que sienten por él.
Estas personas totalmente enamoradas del amor idealista, les gusta presumir que dejan todo por él, pasan por encima de sus propios gustos y personalidad porque solo piensan en hacer lo que a su pareja le gusta. En medio de esta renuncia, tristemente en muchos casos también se incluye sonreír.
El hombre o la mujer idealizada en su amor perfecto, olvida perfumarse, vestirse de la forma que los hace sentir bien, se aíslan de sus familiares o amistades y, dejan de hacer sus hobbies. La razón de todo es que, cuidan a toda costa la relación sentimental que están teniendo y al mismo tiempo, solo quieren que su pareja tenga claro que, no existe nadie más y ellos están primero.
Cuando este es el ambiente de la relación, la vida y el espacio solo le pertenecen a la pareja y sin darse cuenta, se convierten en esclavos de la realidad paralela y enfermiza que han creado. Todo esto bajo la premisa de que, de esa forma van a mantener estable y eterna la relación.
Todo esto es ilógico e incluso, muy tonto que se lleve a cabo de esta manera porque, no es correcto que alguien ame de una forma tan depravada y muy despreciable ya que, ningún ser humano es objeto o, una persona que no tiene voz y voto porque simplemente es un 0 a la izquierda.
Estas actitudes se convierten más abominables cuando, la persona a pesar del mal trato psicológico que está teniendo, mantiene el pensamiento de que esa persona es lo mejor que le ha ocurrido y lo justifica diciendo que, esa es su forma de amar al igual que, así también se demuestra el amor verdadero.
¡Bienvenidos!
Esa es la cara del amor tóxico.
Este tipo de amor, nos impulsa a amar de manera obsesiva y excesiva porque, se llega al nivel de soportar todo, incluso lo que en algún momento no era de nuestro agrado. El amor tóxico nos empuja a un abismo y nos mantiene todas las noches llorando a escondidas. La sonrisa se nos desaparece, aceptamos el maltrato por parte de nuestra pareja y nos condenamos a vivir una vida donde 1 hora, se convierte en una eternidad.
La mayoría de los casos, a pesar de estas alertas, continúan sin darse cuenta y en caso de hacerlo, la resignación que se siente es motivo suficiente para aceptar soportar ese estilo de vida y no se hace nada por salir del abismo porque, la pareja se encargó de robarle las fuerzas y deseos de independencia.
Llama mucho la atención que, una persona que vive en medio de un amor tóxico, se niega a darse la oportunidad de experimentar cosas nuevas. Aventurarse a otros lugares donde la esperanza exista. Conocer el sabor de otros labios y, todo porque en su momento, se compraron la creencia de que, cuando alguien se enamora, debe ser para siempre o en su defecto, si tiene otra pareja, es una persona sentimentalmente inestable.
El verdadero amor, no es una cárcel y esto no tiene nada que ver con el tiempo que se mantiene la relación o si es el primer amor. No existen relaciones perfectas, todas siempre tienen sus buenos y malos momentos pero, las parejas se deben valorar, incentivar, motivar, aceptar y expresarse los sentimientos de una manera dulce y genuina.
No hay que aceptarle maltratos a nadie y tampoco debemos maltratar porque, el amor no se caracteriza por hacer sufrir a alguien. Cuando un amor es puro y bonito, siempre trabajan en equipo y ambos crecen al mismo ritmo. El amor suma y cuando se ama sanamente, todo fluye sin lastimar a nadie.
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Las imágenes editadas en esta publicación fueron creadas por mi a través de Canva con excepción de las citadas.