Saludos a todos los steemitas del mundo. Para este lunes de escritura les traigo una reseña sobre el artista plástico Tomás Enrique Salazar.

Tomás Enrique Salazar nació en Carúpano, estado Sucre, el 20 de diciembre de 1963. Desde pequeño sintió el llamado profundo del arte y comenzó a pintar por instinto; estando en la escuela Eustoquia Soledad Luiggi participó en un concurso de pintura y se ganó una caja de lápices de colores que contenía 60 unidades; eso lo motivó a volar como mariposa por paisajes para regar con polen de mágicas tintas los senderos de la vida misma y de los sueños.

Tomás venía de una familia humilde, de escasos recursos económicos, razón por la cual prematuramente abandonó los estudios académicos y se dio al trabajo. Ya a los quince años cargaba bultos y maletas en el Muelle de Carúpano, también limpiaba botas y lavaba carros.

Cuando tenía 17 años se inscribió en la Escuela de Artes Plásticas Tito Salas, de Carúpano, en donde halló el apoyo y la orientación de dos grandes maestros Luis Pedro Malavé y Ramón Guilarte. Pero la Escuela cerró y tuvo que abandonar su formación artística para dedicarse a realizar otros trabajos que garantizaran su subsistencia: latonería, pintura y albañilería fueron algunos de los oficios desempeñados por Tomás Salazar.

Es el año 1985 participó en una muestra colectiva en la Escuela de Artes Plásticas. Y desde ese año hasta el día de su muerte se entregó al arte con la desesperación de un hambriento ante un banquete de lienzos y colores.

Desde el año 1985 hasta el día de su muerte el 28 de noviembre del año 2013, Tomás se dedicó a pintar y a exponer sus obras.

Entre los reconocimientos que recibió destaca el "Botón Buen Carupanero", de parte de la Alcaldía del Municipio Bermúdez.

Tomás murió cuando apenas tenía 50 años. No tuve la oportunidad de conocerlo personalmente, pero a mis manos llegó un librito pequeño de la "Colección Arte Venezolano" (2010), publicado por el Ministerio del Poder Popular para la Cultura, y viendo que había poca información en la web sobre este talentoso carupanero decidí hacerle este homenaje.

A continuación les muestro algunas fotos que tomé a las obras contenidas en el mencionado libro: La primera se llama "Kikiriñao" (2003), la segunda "Mi Jesús" (2006)

Tomás formó parte de esa estirpe extraña de artistas, en la que el pensamiento se aleja de lo cotidiano para adentrarse en una esfera de encantos míticos y ancestrales.

Sus obras son jardines donde un gallo-gato hurga y vuela por el pasto. En cada uno de sus trazos hay conjugaciones del mundo selvático, pero también de expresiones oníricas, fantásticas y mágicas.

Sus pinturas son historias de colores, de plumas, de juncos multiformes, de cascadas y de flores silvestres que nos transportan hacia espacios con olor a tierra mojada y a rocíos de la mañana.

Gracias por su lectura

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