Hola! gran familia bella de #steemvenezuela. Hoy lunes de escritura, quiero compartir con todos ustedes, más que un relato una historia de mi vida, con dos juguetes que mis padres por razones económica nunca me lo pudieron comprar.
Les cuento amigos, que cuando era un niño de apenas seis años siempre añoraba tener un camión rústico y una carretica de cuatro ruedas como las que veía en las películas de los vaqueros.
Cada vez que veía pasar un camión por el frente de la casa cargando de verduras, cabillas, sementos u otros materiales, me lo quedaba viendo hasta que lo perdía de vista en la lejanía, me emocionaba, le decía a mi mamá que me comprara uno, y me decía que no podía, porque no tenía dinero, y ese tipo de juguete menos, por ser más caro que los demás y lo que me regalaban eran esos carrito pequeñitos y sencillitos que no me duraba nada.
Todos los años cuando entraba el mes de diciembre le hacía una carta al niño Jesús pidiéndolo el camión y también recuerdo que al final de la carta, le decia que si el camión era muy caro como me decía mi mamá, entonces quería una carretica de vaquero, todas mis peticiones fuero infructuosa, ni una cosa ni otra.
Realmente mi mamá no me lo podía comprar eramos muy pobres apenas mis padres conseguían para medio comer y mantener nueve hermanos, podrán imaginarse.
Con el transcurrir del tiempo pasó mi niñez, me gradué de bachiller, y luego emigre al Estado Anzoátegui a estudiar, en donde obtuve el título de licenciado en administración industrial, al poco tiempo me casé y mi esposa salió embarazada, y yo le pedía a Dios que fuera varón para regalarle el camión rústico y la carreta que no pude tener en mi niñez.
Resulta que al final tuve tres hijas: willianny, Roxy y oneida, Dios no me regalo varón, pero me dio mis tres grandes pilares y mi mayor felicidad que puede tener un hombre.
Posteriormente con el pasar de los años, mi primera hija se caso y salió embarazada, y también le pedía a mis Dios que fuera un hijo varón, porque aun tenía el deseo de compartir con mi primer nieto, ese camión rústico que siempre he anhelado en la vida
Luego mi hija el 13-08-19 tuvo gracias a dios a ese niño que yo tanto esperaba y que me hizo sentir el abuelo más feliz del mundo, ya a la edad de 59 años, y cuando cumplió su primer año, le hice su gran fiesta, y regale con todo amor el gran sueño de mi vida, el camión rústico, elaborado con mis propias manos.
Después , en su segundo año también como regalo le di otros de mis deseos añorado, como era la carreta tipo vaquero que veía en las película cuando era un niño
Buenos amigo, así terminó mi historia de los dos juguetes, que al final los elaboré y los regalé a un ser tan especial, como lo es, Fabrizio, mi único nieto, ya a la edad de 59 años. Amén.
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