Buenos dias amigos de esta gran familia, espero que todos se encuentre con buena salud. Hoy lunes voy a participar nuevamente en esta gran dinámica de escritura auspiciada por el amigo @wilmer1988, para dar un pequeño ejemplo del porqué siempre debemos hacer las cosas con humildad y responsabilidad hasta el último momento que tengamos conciencia de nuestros actos.
Les cuento que había un vez un señor tenía un empleado de confianza que tenía 25 años trabajándole en construcciones de vivienda, en donde él hacía los planos y empleado realizaba la obra, dicho empleado le faltaba cuatro meses para jubilarse.
Resulta que el señor tenia que viajar por ocho meses fuera del país y llama al empleado para entregarle un plano diciendole que él quiere que le haga una vivienda tal cual como aparece en el plano, y que para eso le va a dejar todo el dinero que requiere el presupuesto de la edificación y algo mas, de tal manera que no le falte nada y la pueda hacer en siete meses.
El empleado va y toma el plano murmurando y diciendo que cómo va hacer esa obra si solo le quedan cuatro meses para jubilarse y le dan un trabajo de siete meses, el señor lo observa, no le dice nada y se marcha al aeropuerto porque el vuelo de su viaje era dentro de dos horas.
El empleado el otro día se mantiene quejándose y diciendo que no se va a esmera en realizar la obra y que va a comprar el material de segunda que cuesta la mitad del presupuesto que le entregaron para que le quede dinero, y que si más adelante se cae la edificación ya ese no sería su problema porque no estará aquí, sino en su casa jubilado.
El hombre comenzó hacer las columnas como para salir del paso sin esmero y como con material de segunda, no acorde a la obra, así como también toda la estructura de la casa.
Solo se preocupo en hacer la fachada bien como lo hacía anteriormente para engañar al dueño cuando venga a ver la obra.
Pasaron los ocho meses y el señor regresó del viaje y fue a inspeccionar la obra que había mandado hacer con su empleado, observó que faltaban algunos detalles, pero la casa estaba lista, entonces llamó al empleado y le dijo ¡toma las llaves de la casa!,! este es tu regalo te los ganado por tantos años que trabajaste conmigo, él empleado se lo quedo viendo y él señor lo abrazo con un gesto de cariño.
Un año después la casa del empleado era esta, observen amigos.
Bueno amigos esta ha sido mi participación en esta dinámica de los lunes, una reflexión que debemos tener presente para nunca actuar de mala Fé y aún más con las personas que te han ayudado, porque con el transcurrir del tiempo la vida te pasa factura, debido a que la cosecha que recoges es la semilla que siembras. Dios los bendiga hasta otra oportunidad.
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