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Uno de los padecimientos más temidos en el área de las relaciones personales, es el miedo o pánico escénico, un estado inhibitorio que reduce la efectividad comunicativa y dificulta la capacidad expresiva de las personas que lo padecen.
Y es que hablar en público puede llegar a ser una situación muy complicada para algunas personas, pues padecen de miedo escénico; una reacción de ansiedad que ocurre cuando una persona debe realizar algún tipo de actividad frente a un público, ya sea hablar, cantar, actuar, etc.
Se puede decir que es un miedo irracional a exponerse en público y ser el centro de atención a la hora de realizar una actividad; lo que conlleva una hiperactivación del sistema nervioso, interfiriendo en las capacidades expresivas de la comunicación y en el desenvolvimiento de la persona cuando está frente a un grupo.
El origen del miedo a hablar en público es multifactorial; por lo general es causado por algunos de los siguientes factores:
Tendencia al perfeccionismo; tras crearse expectativas muy altas a la hora de medir su desempeño, siendo al ser autoexigentes y perfeccionistas
Experiencias tempranas negativas; como haber cometido algún error, ser objeto de una crítica o de burlas en situaciones anteriores, predisponen en gran manera a presentarse en público.
Miedo a la crítica; la cual ven como una constatación de poca valía personal.
Falta de práctica; que les ayude a comprobar que tienen las habilidades necesarias para hablar en público.
Miedo al rechazo; anticipando que la exposición pública traerá como consecuencia el rechazo de los demás y el aislamiento social en última instancia.
El miedo escénico puede llegar a ser expresado por muchos y variados síntomas, e incluso llegar a generar ataques de ansiedad. Las manifestaciones más habituales son:
A nivel físico, genera sensación de ahogo o dificultad para respirar, temblores, taquicardia, sudoración, mareos, náuseas, diarreas, frecuentes ganas de orinar, enrojecimiento facial, fuerte dolor de cabeza, tensión muscular, boca seca, etc.
A nivel psicológico, se presenta dispersión, confusión, dificultad para atender, concentrarse y recordar. Aparición de pensamientos invalidantes sobre su propio desempeño; y el miedo al fracaso, a la crítica negativa, o a quedarse en blanco, entre otros.
A nivel conductual, genera un volumen de voz bajo, hablar excesivamente rápido, tartamudear, trabarse, quedarse en silencio, intenso deseo de evitar la situación o huir de ella.
El miedo escénico supone una limitación en las relaciones sociales de quienes lo padecen, llegando a perturbar sus actividades diarias; los estudiantes que sufren de miedo escénico pueden ver comprometidos sus actividades escolares teniendo que hacer presentaciones que intentan evitar.
Por otra parte, desde el punto de vista laboral, hay quienes rechazan puestos o actividades laborales, porque implican tener que exponerse al público.
Emocionalmente, genera sentimientos de incapacidad y de falta de autoestima.
Cuando una persona ha identificado que tiene este problema y desea o necesita superarlo, debe ante todo, ver el miedo como un aliado, en lugar de como un enemigo. Los síntomas de ansiedad deben entenderse como una valiosa información que envía el cuerpo y que hay que aprender a gestionar adecuadamente; de tal forma que se puedan aceptar los propios errores, incluso llegar a ponerlos en evidencia y admitirlos, en lugar de tratar de avergonzarse o intentar disimularlos.
Es importante entender que la única forma de superar el miedo escénico es afrontándolo; pues evitar y huir pueden producir un alivio momentáneo, pero a medio plazo, aumentarán la sensación de incapacidad y el miedo.
No es necesario luchar contra los propios síntomas de ansiedad, no tratar de eliminarlos, solamente identificarlos y aceptarlos o como mucho intentar bajar su intensidad, mediante técnicas de relajación, respiración abdominal, visualizaciones, etc., las cuales para ser efectivas, deben ser suficientemente entrenadas y haber comprobado su efecto en otras situaciones diarias.
De igual manera, hay que destacar que el miedo escénico no es algo que llegue a desaparecer de forma mágica, de la noche a la mañana; por lo que es importante tratar la superación del mismo como un proceso, como una dificultad que se puede trabajar e ir afrontando de forma progresiva.
Si no se consigue por los propios medios superar el miedo escénico y éste produce un sufrimiento y sentimientos de incapacidad, y si además es una situación a que se deberá a lo largo de su vida, puede ser de utilidad y aconsejable recurrir a la ayuda profesional de un psicólogo.
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