Sábado de ciencias: datos científicos de la cosmética | Post por @zmoreno | #club75

Saludos a todos mis queridos amigos de Steem Venezuela; espero estén muy bien en este fin de semana. Hoy traeré para ustedes mi participación para el sábado de #sv-ciencias, con uno de los temas que más me fascina: la ciencia detrás de la cosmética. Compartiré con ustedes algunos datos importantes a tener en cuenta antes de comprar un producto. ¡Empecemos!

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Hecho en Canva.


La cosmética es la rama de las ciencias de la salud que se ocupa de asegurar que ningún producto de belleza afecte de manera negativa la salud de los usuarios. Compone procesos de diseño, fórmula, producción y evaluación que validen la seguridad de un cosmético. Un producto cosmético es todo aquel que se coloca de manera superficial en el cuerpo para mejorar su apariencia; estos pueden ser cremas humectantes o productos de cuidado de la piel, maquillaje, tratamientos, etc. Estos productos han existido durante casi tanto tiempo como la humanidad, pero no fue hasta hace poco que se ha empezado a calcular la importancia de hacer un producto realmente saludable que no ocasione daños a largo plazo.

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Cuidado de la piel. Imagen de uso libre tomada de este enlace.

En el pasado, la seguridad de un cosmético se trataba de manera muy pobre; no había suficientes conocimientos científicos para evaluar cuán peligroso un producto realmente sería al momento. En la época victoriana, a mediados de los años 1800, la belleza era fundamental en las mujeres, quienes buscaban tener piel muy blanca, labios colorados y grandes ojos negros. Para conseguirlo, utilizaban materiales tóxicos que le ocasionaban grandes daños en la superficie cutánea: manchas, erupciones, quemaduras, e incluso pérdida del tacto, los dientes o la visión. Estos materiales solían ser, en su mayoría, plomo, arsénico o vinagre que hacían que las mujeres permanecieran enfermas durante largas temporadas y que, lamentablemente, permanecieron en el mercado durante años. Aunque los productos funcionaban por cierto tiempo, las malas consecuencias eran permanentes. Por ello, se suelen escuchar los terribles dichos «para ser bella hay que ver estrellas» y sus variantes, cuyo significado es: la belleza duele.

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Mujeres de la época victoriana. Imagen de uso libre tomada de este enlace.

No fue hasta el año 2009 que el Parlamento Europeo prohibió el uso de plomo y arsénico en productos de belleza. ¿Increíble, no? Este año marcó la diferencia en la composición de los productos cosméticos.

La industria cosmética del presente se ha encargado de estudiar e indagar para encontrar materiales y químicos que no causen efectos secundarios en la salud de las personas que lo utilicen.

Hoy día, todos los productos cosméticos que se consigan en tiendas oficiales deben cumplir con estas normas establecidas, por lo que son seguros. Muchos de ellos se califican como «no comedógenos», es decir, que no tapan los poros y ocasionan acné; en caso de tener un componente con un mínimo porcentaje de este efecto secundario, suele ser completamente ignorado y el producto no lo menciona. A pesar de ello, la gran mayoría de los componentes en la industria oficial son seguros.

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Productos certificados. Imagen de libre uso tomada de este enlace.

Sin embargo, muchos de los productos «copia» que se encuentran en mercados paralelos pueden no ser seguros; por lo tanto, no es extraño que algunos de estos ocasionen daños en la piel a largo plazo.

Siempre es recomendable comprar productos cosméticos en tiendas oficiales. Hay precios para todas los presupuestos: hay ocasiones en las que productos copiados pueden costar más que una marca de farmacia certificada.

Otro de los problemas que actualmente la cosmética enfrenta es la constante necesidad de llamar la atención e innovar. Sin embargo, muchas veces esto trae malas consecuencias en la composición de los productos, que muchas veces suele ser modificada sólo para complacer a un público determinado.

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Producto formulado. Imagen de libre uso tomada de este enlace.

Un ejemplo claro de esto se ve a través de la cantidad de material activo que se agrega en un producto. Muchas veces, se cree que «más porcentaje es más acción», pero esto no está más lejano de la realidad. 5% de ácido láctico es suficiente para crear un buen suero que dé brillo a la piel; pero más de 10% de porcentaje es totalmente innecesario, cosa que lamentablemente es común de ver en muchos productos que incluyen un mayor porcentaje que, a pesar de que no daña la piel, tampoco hace mayor efecto: su único efecto es llamar la atención de clientes que opinan que harán mayor efecto.

Opino que un siguiente paso a mejorar en la industria cosmética es que, además de verificar que los productos no dañen la salud de la piel, también se regule el verdadero aporte científico que un componente agrega al producto, con el fin de no jugar con los clientes y los precios que colocan las compañías bajo la excusa de una mayor cantidad de componente.


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Muchas gracias por leer. Conóceme más en mi logro 1; soy Isabella Moreno y me encanta escribir para ustedes.

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