Traducción del artículo original en inglés de @falkvinge.
Los políticos y legisladores no entienden de donde proviene la riqueza. No comprenden los conceptos básicos de por qué funciona el capitalismo, no entienden cómo la riqueza de una nación puede crecer y, como resultado, casi cualquier política es contraproductiva para la competitividad de un país. Esto es a pesar de la observación de que el mercado libre acumula riqueza debido a uno de las más sencillas razones, y una vez que los legisladores entiendan esto, una estructura de soporte completamente diferente emergerá.
Los políticos y activistas con frecuencia consideran a la economía como un juego de suma cero, donde alguien tiene que perder para que otro que gane. Esto es a pesar de la observación trivial de que hemos construido un montón de riqueza desde la última glaciación hasta nuestros días, y que casi nadie es tan malo hoy como todo el mundo lo fue durante la era de hielo. En ese sentido, es desconcertante por qué los políticos y los expertos se centran en la redistribución, cuando el foco debe estar en la construcción de riqueza.
Montones y montones de riqueza
Pero es contrario a la intuición de los políticos centrarse en la creación de riqueza, porque hacerlo requiere renunciar al control. Los reguladores no pueden crear riqueza y competitividad. Sólo las pueden destruir en varios niveles. Mucho de esto proviene de no entender por qué y cómo, el capitalismo y el libre mercado funcionan para aumentar la riqueza global, y no sólo redistribuirla.
El mercado libre saca a 179.000 personas de la pobreza extrema todos los días. No los políticos. No la ayuda extranjera. No la riqueza incautada y redistribuida. En mi trabajo en el Parlamento Europeo y en otros lugares, pocas veces he conocido a un político que entienda los fundamentos de por qué el capitalismo construye riqueza - a pesar de ser tan ridículamente simple.
El capitalismo funciona porque es voluntario.
Funciona porque las personas buscan maximizar su riqueza, de forma totalmente subjetiva. Algunas personas valoran el tiempo libre, algunos valoran el dinero, algunos valoran la felicidad y otros un Pokémon raro. Eso está bien, todos ellos. Lo único que tiene que hacer un político es salir del camino de millones de personas que tratan de maximizar su propio valor a través del comercio con otras personas.
Con el fin de maximizar la riqueza global, uno desea maximizar la cantidad de transacciones voluntarias.
Dado que cada operación es voluntaria, ambas partes voluntarias se consideran ganando en valor a causa de la misma. Esa es la clave. Como resultado, una transacción voluntaria añade valor a la nación en su conjunto. Cada intercambio voluntario agrega un poco de valor, con ambas partes habiendo ganado con él, y la maximización de la riqueza se trata simplemente de maximizar estos negocios voluntarios sobre una base puramente cuantitativa. A mayor actividad comercial que haya, mayor incremento en el valor se obtiene.
Ahora, la percepción del "valor" de cada persona es posiblemente subjetiva. Parte se puede medir en términos de PBI (GDP), otro valor subjetivo es sólo felicidad en sus diversas formas. Lo bueno de las diversas formas de valor es que uno no tiene que preocuparse por esto en absoluto; la comprensión de la gente completamente subjetiva del valor es mucho mejor que la suya cuando se distribuye a través de millones de personas.
El mercado libre es más exacto para incluso determinar y evaluar las definiciones precisas de "valor" que cualquier burócrata ha sido nunca.
Ahora, compare esto con cómo los políticos hoy en día tratan de "crear riqueza" o "crear empleo".
Por lo general, implica la creación de cargas horribles en cada transacción. Como mínimo, se debe crear un recibo (por lo general con sanciones al no ofrecerlo). Por otra parte, las transacciones deben ser resumidas a algún tipo de autoridad fiscal, en intervalos regulares, y con frecuencia a más de una autoridad. Se requiere una meticulosa contabilidad - no por su bien - sino por el bien de las autoridades. Todo esto sofoca la voluntad de hacer transacciones voluntarias.
Y luego, por supuesto, otros políticos tienen la idea de que las operaciones reguladas son buenas para la riqueza, operaciones que no son voluntarias y que por lo tanto contienen al menos una parte perdedora, si no dos. Estos no construyen riqueza. Pueden hacer que el político o regulador se vea bien, pero no son una transacción en el sentido de libre mercado, porque no están acordadas en forma voluntaria entre las dos partes que la consienten.
Como si esto fuera poco, toda la carga se dirige generalmente a subvencionar industrias obsoletas porque son de interés personal y/o contribuyen a la campaña electoral de alguien.
Los políticos se comportan básicamente con respecto al libre mercado y la creación de riqueza como elefantes ebrios en una fábrica de porcelana.
No, no tengo una ilustración para eso.
Vamos a hacer un experimento mental, si realmente quisiéramos crear riqueza en una nación, y sólo cuantitativamente maximizar el número de operaciones voluntarias. ¿Hasta dónde podríamos llegar en la transformación de la competitividad de una nación en esta medida?
Eliminaríamos todos los requisitos para avisarle a las autoridades acerca de las transacciones. Eso significa que no habría impuestos a la renta, sobre las ventas, ni requisitos de contabilidad. Dejaríamos que la gente comercie y sea feliz. Esto significa que no se podría tener un registro de empresas, ni una regulación de empleo (ya que es una forma especial de transacción regular), ni posiblemente incluso un concepto de una corporación en absoluto. Sólo gente negociando y tomando riesgos de inversión empresariales. Estos riesgos podrían ser detallados por contrato proyecto por proyecto para eliminar la necesidad de una ley de quiebra y por lo tanto la necesidad de las personas jurídicas y la pesada burocracia.
Todavía habría una necesidad de una red de seguridad social de algún tipo, no por razones de compasión, pero por razones de sencillas de competitividad. Esto se podría resolver con una renta básica universal como Friedrich Hayek y Milton Friedman han sugerido. Esto también sería más barato que la construcción de una burocracia para determinar de algún modo quién es "digno" de ayuda. Con dicha red de seguridad, se crearía competitividad para la nación en general ya que un montón más gente probaría ideas de negocios en el mundo empresarial.
La sociedad en su conjunto se beneficia de un entorno de riesgo positivo, y si se puede proporcionar un mecanismo en el que cualquiera puede probar alguna idea comercial estúpida sin correr el riesgo de quedarse sin hogar y en deuda, más gente va a innovar y asumir riesgos - y la sociedad que use este mecanismo obtendrá una ventaja competitiva.
Así que lo que se necesitaría es un registro de la población con las personas que califican para ciudadanos o similares. También se necesitaría un registro de la propiedad o catastro, por razones a las que volveremos. Pero eso es todo. Todos los demás registros pueden ser destruidos. Patentes de automóviles, licencias de conducir, registros corporativos, registros de embarcaciones, todas las demás bases de datos que requieran la recopilación de datos, y por lo tanto pongan obstáculos en el camino de maximizar la cantidad cuantitativa de operaciones voluntarias.
Todo esto es perfectamente factible hoy. Es sólo que los políticos piensan que regular más es la respuesta a la creación de riqueza. No lo es, obviamente. Regulan más en lugar de centrarse en algo muy simple - como la mera cantidad de transacciones voluntarias - y hacer todo lo posible para maximizar ese número, para deshacerse de los obstáculos para los intercambios voluntarios. Como resultado, usted ni siquiera necesita impuestos. Los impuestos requieren papeleo. Hay maneras de financiar el mantenimiento de un estado que no requieren de impuestos y por lo tanto no requieren papeleo.
Volveré a este tema con una propuesta de un estado simplificado sin impuestos en una serie de tres o cuatro partes durante los próximos días.