Nos encontramos finalmente... Trato de engañarme y pensar fue casualidad; pero todo este tiempo busqué la forma de coincidir contigo.
Finalmente no están los demás; ahora puedo concentrarme plenamente en ti. Tu mirada es esquiva, pero no tímida. Eres precavida y a la vez curiosa. Una personalidad única, y para mí, intensamente atractiva.
Me encanta la forma de tus ojos; muestran tanta expresión y se suman en armonía a tus otras bellas facciones. La belleza de tus labios solo es superada por el sonido que sale de ellos; escucharte ha sido mi más cercano encuentro espiritual. ¡Charlar contigo me divierte mares! Tus ocurrencias, picardía y sentido del humor me han conquistado.
Somos bastante distintos: vivo en las nubes y soy absurdamente torpe, mas tu tranquilidad y compostura parecen organizar el mundo solo con tu presencia. Contigo siento poder bajar de esas nubes y aterrizar a tu lado, sereno.
Somos buenos amigos y presiento que lo seremos aún más; algo que no cambiará, realmente lo espero, si damos el siguiente paso. La distancia nos mantuvo separados e ignorantes de nuestra mutua existencia.
Amo al destino que me permitió escribirte el primer mensaje. Sé que eres algo más joven que yo, pero creo que una vida es larga; lo suficiente para acortar esa brecha.
"Hola. Esta vez en persona."