Apenas leí el post de @jlufer y vi que esta sería la semana de citas memorables pensé en una pedacito de Rayuela, novela escrita por Julio Cortázar. No se por qué fue lo primero que se me vino a la mente, quizá tenga algo que ver con la pequeña obsesión que tengo con Rayuela o con la increíble cantidad de sentimientos y pensamientos sobre el amor y la humanidad que la relación entre La Maga y Oliveira(protagonistas de esta experimental, atrevida y revolucionaria novela) despiertan en mi. En fin, no sé y no quiero detenerme a pensar en eso sino en lo que insinúa la frase.
La primera vez que me encontré con esta frase estaba leyendo la novela, llamó mi atención pero seguí leyendo. La segunda y la tercera vez que la leí(que coinciden con la segunda y tercera vez que leí Rayuela), tuve que detenerme un momento para calmar todos aquellos pensamientos que me provocaba.
Es Oliveira hablando de La Maga. Es Oliveira amando a La Maga. Es Oliveira expresando su envidia a la naturalidad de La Maga. Es Oliveira en su máxima contradicción porque está enamorado de una mujer totalmente distinta a él. Es Oliviera en otras de sus disyuntivas.
La Maga a veces puede llegar a ser la contradicción en persona; verano e invierno, alegría y nostalgia, sabía e ignorante. Sin embargo, siempre mantiene una postura opuesta a la de Oliveira. Ella se deja llevar por lo que dicta su corazón, no por un cúmulo de hechos. Oliveira es un hombre de letras y artes, de datos, de conocimiento, de comparación de obras y de analogías, su naturaleza lo lleva al desespero porque no consigue enseñarle a pensar a La Maga, ni culturizarla. Hay mucha rivalidad entre ellos pero también mucho cariño, ternura, admiración y en el fondo, entendimiento. Los dos se complementan. La Maga es quién es y no permite que nadie la cambie. Oliveira es quién es e intenta cambiarla hasta que entiende que no puede.
Se da cuenta de que ella es un ser que lo maravilla y empieza a aceptarla. Empieza por cerrar los ojos para verla como quiere, porque es mejor verla a través de sus otros sentidos, es mejor sentirla, escucharla, olerla, conectarse con ella más profundamente, sin importar si se entendían o no.
Al leer no sólo la frase sino la novela completa, no pude dejar de pensar en esta canción, en parte refleja un poquito de lo que siente Oliveira hacia La Maga.
Ojalá todos pudiésemos ser capaces de cerrar los ojos para realmente apreciar a alguien sin importar qué tan distinto a nosotros pueda ser. Quizá así muchas personas empezarían también a ser como son, sin miedo, a no dejar que los cambien sólo para encajar mejor en la sociedad, a dejar salir ese pequeño ápice de locura que todos llevamos. Quizá así muchas personas empezaría a dejar de disimular todos aquellos aspectos de su personalidad que los hace únicos.