Siempre que veía a mi abuela salir de casa le preguntaba ¿A dónde vas abuela? Y ella con una sonrisa me respondía ¡a vieja y a toda carrera! Yo solo me reía pensando en las locuras de mi abuela, aunque hoy día pienso la razón que tenia en decir eso.
A pesar de que la ciencia dice que el tiempo no existe que simplemente es una dimensión desconocida para el hombre y que todo es parte de nuestro mundo, yo digo que el tiempo no tiene piedad con nadie y va como decía mi abuela “A toda prisa” sin esperar a nadie, envejeciendo nuestros cuerpo pero queda de nuestra parte no envejecer nuestras almas.
Lo importante de envejecer no es quedándonos viendo como pasa el tiempo, como nuestro futuro avanza, nuestros hijos crecen, se casan y poco a poco nos dejan a un lado sino la actitud que tengamos ante esa situación.
Si bien es cierto envejecer es difícil porque ya no tenemos la misma agilidad mental ni física, nuestro cuerpo se llena de arrugas y de dolores producto del esfuerzo por el que pasamos en nuestras vidas y comienzan a salir lo mal conocido como “achaques”, también es cierto que nos llenamos de vivencias únicas, oportunidades aprovechadas, experiencias de vida e historias de sobra para contarles a nuestros nietos, no es malo envejecer aunque a muchos no les guste pensar en eso, es parte natural de la vida y nunca vamos a poder luchar en contra de la vida.
Por eso hoy pensando en ¿Por qué envejecemos? Pienso que la vida es una sola y hay que aprovecharla al máximo con los altos y bajos que te trae y aprovechando cada momento, cada pedazo de fuerza, cada instante de entusiasmo o de sufrimiento, para que cuando llegue el día de mañana no tengamos de que arrepentirnos ni pensemos que nos faltaron cosas por hacer.
