Como todos los días me levante a las 7am, me bañe, desayune y me dirigí a la parada del bus, para tomar mi transporte que me llevaría a mi clase de inglés en el CEVAZ (Centro de Estudio Venezolano Americano del Zulia), era el 11 de Septiembre de 2001… jamás olvidare ese día fue testigo lejano de una de las mayores actos terroristas que se hubiere cometido nunca….Nuestra clase fue interrumpida a las 9:00am hora de Venezuela, por una profesora americana que toco la puerta de nuestro salón y le dijo a nuestra profesora que encendiera en televisor de inmediato, que un avión había impactado en una de las Torres Gemelas en New York, se pensó en ese momento que había sido un accidente, vimos ante nuestros ojos como se incendiaba el edificio y escuchábamos a los reporteros de CNN y FOX NEWS, reportando los hechos de la tragedia…
Reinaba la confusión en la primera hora, hasta que informaron que varios vuelos habían sido secuestrados y se presumía que estaban ante un ataque terrorista de gran magnitud, cuando informaron esto, ya había pasado un par de horas desde que la profesora Helen había interrumpido la clase y junto con nuestra profesora Karen, estaban atentas a los acontecimientos entre sollozos contenidos y preocupación por sus familiares en su país, ambas americanas, Karen oriunda de Kansas y Helen New Jersey.
Por seguridad y siendo el CEVAZ, una institución perteneciente a la embajada Americana, todos los alumnos que nos encontrábamos en ese momento dentro de las instalaciones como su personal americano y venezolano, fuimos evacuados y encerrados en el Salón de Eventos de la institución, y custodiados por la seguridad privada del Consulado, hasta asegurar de que no se corriera ningún peligro, imagino que es un procedimiento estándar que tiene El Ministerio de Relaciones Exteriores de los EEUU, con sus centros y consulados alrededor del mundo.
Una vez asegurado el CEVAZ, y con apoyo de la policía élite que se apersono a prestar apoyo al consulado, pudimos salir y se nos permitió regresar a nuestros hogares… Pero fueron momentos difíciles de miedo, y aunque no estábamos en peligro real vivimos en parte, los sentimientos y angustias de nuestros amigos americanos y profesores que se encontraban con nosotros… Ese día y lo que vivimos juntos, sus preocupaciones y el miedo por sus familias al estar ellos lejos de casa, hizo que estrechamos más nuestros lazos de amistad, respecto, solidaridad y compañerismo.
Y aun hoy tengo contacto con muchos de esos amigos, que están en distintas ciudades de los Estados Unidos, con los cuales tengo una gran amistad y cariño...