Y en una noche de luna llena, donde se ilumina cada rincon de esta casa y cada parte de mi alma oscura y desolada, escondida bajo estas blancas sabanas ocultando la triste indignación que se asoma cada mañana.
Cada recuerdo, una herida de puñalada, que me desgarra cada trozo de esperanza que nace cuando imagino que regresas a casa.
Mi intuición no falla, no volverás con esta alma destrozada, que no siente amor por ninguna de sus hazañas, solo es desconfianza y añoranza.
Pero la luna no me deja, no me deja en la comodidad de la oscura habitación, inundada de recuerdos de las mañanas, de los sabados en pijamas.
Aunque mi cuerpo desgarrado, implora tu luz, es solo comienzo de la tristeza que destrozara mi alma, gracias tu ausencia ingrata.