Sentimiento inesperado.


Hola chicos! Es primera vez que escribo este tipo de cosas, está basado en tres capítulos, espero que les guste y me den su opinión.
Este es un pequeño relato sobre alguien y su persona inolvidable, a quien conoció de manera inesperada, pero poco a poco surgieron cosas más allá, con quien vivió momentos únicos, y por eso casi lo pierde todo, lo más curioso, es que todavía nadie sabe lo que pasará entre ellos dos, ni siquiera ella.


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CAPITULO 1

Hay personas que marcan nuestras vidas de maneras que nadie puede explicar.

Cuando te vi por primera vez, no sabía que ibas a ser tan importante para mí, honestamente cuando nos conocimos no me agradabas, ya que vi cierta seriedad y frialdad en ti, pero aun así causaste una curiosidad en mí que no pensé que nos llevaría hasta esta situación. Al principio solo cruzábamos miradas, nos saludábamos por educación y todo era netamente puntual acerca de nuestro entorno laboral, debo admitir que las primeras conversaciones, eran cortas. De pequeños saludos y de solo tratar temas vinculados estrictamente al ámbito que nos conectaba, comenzamos poco a poco a construir una bonita comunicación, entablando conversaciones interesantes y extensas, tocando cualquier clase de tema que a bien nos naciera compartir el uno con el otro. Cada vez que entrabamos al entorno laboral íbamos conociendo el carácter, personalidad y forma de ser de ambos ya que debíamos interactuar mucho, cuando compartíamos escenario era muy confortante ver como entrabas en tu roll y hacías el mejor trabajo, todo por tener conciertos exitosos, transmitías esa energía y esas ganas de querer dar lo mejor.

A pesar de yo ser una persona complicada y poco sociable, contigo era diferente, siempre te veía llegar y automáticamente mi humor cambiaba, me transmitías alegría, o por lo menos era lo que dabas a demostrar, era extraño que una persona con quien tenía tan poco trato podía causar eso en mí y más en estos tiempos en los cuales se han vuelto superficiales algunos valores y los sentimientos tienden a medirse y apreciarse de otras formas. Nuestro trato poco a poco se volvió una amistad sincera y bonita, cosa que no se ve mucho en estos tiempos, cada momento contigo era grato, cada vez era más agradable tener conversaciones de todo tipo, nuestros temas eran como hablar del clima, los países y lugares en específico que quisiéramos conocer, la vida en general, los altos y bajos y sin darnos cuenta ya nos estábamos aconsejando, regañando y riéndonos de todo, que bonito era tener una compañía como la tuya, poco a poco nuestro trato se tornó más cálido de lo normal, provocando sentimientos que iban más allá de una amistad. Al principio pensé que solo eran idean locas que pasaban por mi cabeza al darme cuenta de la forma en que cruzábamos miradas, porque se suponía que era una amistad. Cuando todo eso pasaba, por otro lado, mientras mi mundo se tambaleaba y se me hacía muy difícil de llevar, allí estabas tú, apoyándome incondicionalmente.

Para la situación que estaba pasando, era un poco desesperante llegar al trabajo y no verte, o preguntarte cada tarde si llegarías y que respondieras que no, poco a poco empecé a sentirme triste en ocasiones, porque sabía muy en el fondo que no debía sentir cosas por ti, y saber que no podía confesarme ya que era obvio que no pasaría nada, al ver que ninguno hacía referencia sobre el tema y pensé que a lo mejor si eran ideas mías que solo era una ilusión tonta, decidí dejar que todo pasara poco a poco y fuese quedando en el olvido. Hasta que una noche, en una de nuestras conversaciones extensas tomaste un comportamiento extraño, muy extraño, yo no entendía el porqué, ese comportamiento empezó justo cuando te hablé de un chico que me estaba pretendiendo y juraría que estabas celoso de aquel chico, no niego que me gustaba pensar que fuese así. Con el pasar de los días fui notando más interés de tu parte, hasta que una noche, esa noche, decidiste el paso de mandar ese mensaje, al leer esa frase “me atraes” sentí que algo dentro de mi estalló, sentí una tormenta de emociones, todas juntas, lloré, reí, me emocioné y sentí miedo, mucho miedo al pensar: ¿Qué iba a pasar con nosotros? ¿Cómo iba a resultar todo? ¿De verdad sentías cosas por mí?...

Poco a poco todo se intensificó, provocando sentimientos que iban mucho más allá, sentimientos inesperados. Luego de toda ese torbellino de sentimientos encontrados, fuertes declaraciones y conversaciones intensas, empezamos una historia que ambos sabíamos que estaba mal, pero era inevitable vernos y no sentir cosas, tocar nuestras manos y no imaginarnos una situación distinta, estar en público y no demostrarnos lo que sentíamos, pero todo esto estaba mal, era prohibido, porque no solo éramos dos, éramos tres…

¡Es un sentimiento intenso cuando sabes que lo que haces está mal, pero aun así no dejas de hacerlo, al contrario!

Éramos un triángulo amoroso y lamentablemente yo era esa tercera persona, pero estaba tan ciega que no sabía que estaba a punto de meterme en la boca del lobo.

CONTINUARÁ...

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