¿Sabías que la depresión puede acabar con tu vida? anécdota

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Hace poco caminaba cerca de mi casa, al pasar la calle me percate que por el andén por donde iba caminando inicialmente había una mujer en silla de ruedas que se le dificultaba avanzar por culpa del terreno. Yo tenía prisa y lo pensé varias veces, pero al final me decidí en ayudarla. Miré hacia las dos direcciones de dónde provenía el tráfico y me dispuse a pasar la calle. Al acercarme a ella, la saludé y le pregunté si necesitaba ayuda, a lo que ella con un movimiento ligero de cabeza respondió con un sí.

Empecé a empujarla con un poco de dificultad ya que las ruedas de la silla estaban en mal estado y si a mí me costaba, no quería imaginar lo que era para ella vivir el día a día postrada en una silla con dos ruedas en mal estado sin poder caminar. Que suerte tenía yo de poder caminar algo tan simple pero tan importante y al mismo tiempo me preguntaba qué le pasaba a ésta mujer que la había llevado a estar en esta condición. Ella me preguntó que a dónde me dirigía y yo le respondí que en dirección contraria a la de ella pero que no pasaba nada que por unos minutos más no iba a pasar nada y así empezó nuestra conversación hasta que ella me dijo la razón por la que no podía caminar.

Me dijo que su hermano había muerto unos pocos meses atrás y que en el presente año también había perdido a su padre lo cual la había llevado a una profunda depresión causándole parálisis en las piernas. Yo la verdad no lo podía creer, me imaginé que había tenido algún tipo de accidente o algo por el estilo, pero ¿cómo era posible que la depresión causara algo así?, la depresión es una enfermedad que va acabando contigo lentamente, dijo ella con un tono un poco triste y una mirada medio perdida, pero gracias a Dios mis amigos me ayudaron y gracias a ellos si todo sale bien en unos meses podré caminar.

La ayudé hasta donde ella me dijo que estábamos cerca de su casa, que hasta allí estaba bien. Me despedí y le dije que de corazón esperaba que tuviera una pronta recuperación y que tratara de tener una vida llena de felicidad, aunque ellos ya no estén eso les daría alegría. Seguí mi camino y en el transcurso no pude dejar de pensar como algo a lo que muchas veces no le ponemos atención puede llegar a ser tan grave hasta incluso acabar con tu vida.

Por esto llegué a la conclusión de que sin importar cuál sea la situación tenemos que tratar de ser felices sin interesar lo que cueste, ya que muchas veces a partir de nuestro estado de ánimo depende nuestra salud y nuestra vida misma.




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