Escribí este poema mientras te alejabas



 


El extrañarme


Extrañar es una desgracia.

Pero a mí me gusta extrañarte.

La ausencia que me dejas.

Tu lado vacío en la cama,

los flashes de tus ojos que me han dejado ciego

y el eco de tus canciones en el aire del cuarto.

Me gusta cuando te vas y no te tengo.

El anhelarte con euforia,

con locura,

con tristeza y ansias de que vuelvas.

Soy el amante más grande que has tenido,

también el más raro.

No quiero encerrarte para mí solo.

Prefiero verte libre bailando,

prefiero que deslumbres a todos con tus pestañas.

Porque en la libertad te siento más mía que nunca.

Y yo soy tuyo aunque no pienses en eso.

Lo seré así no quieras.

Disfruto cuando te vas al trabajo y estás apurada por el retraso.

Cuando veo la última estela del batir de tu pelo al salir de la casa.

Tiene belleza la desgracia de que te alejes.

Tu olor a bosque llenando la sala estando tan lejos.

Lejos, como ahora.

Y te evoco, te invoco, te convoco.

Ya sea en fotos del celular o en pensamientos que miran el techo.

Ya sea en el espejismo de tu risa detrás de la puerta.

o el holograma de tus manos cuando apago la luz.

La verdad es que eres más mía cuando menos te tengo.

Muy mía, tan mía.

Y lo repito como idiota porque sí.

Yo soy tuyo hasta siempre.

Mis lunares, mis venas agitadas.

Y me desconsuelo buscándote en los cielos coloridos de esta ciudad.

Me gusta extrañarte.

Recordarte.

Soñarte.

Sentirte en las vísceras aunque no estés.

Aunque escuche las llaves girando el seguro

y te vea volver llorándome.

Porque ya no estoy vivo.

Y tú sufres el extrañarme.



H2
H3
H4
3 columns
2 columns
1 column
13 Comments