Literatura y enfermedad: La muerte de Ivan Ilich de León Tolstoi.

El desorden de la muerte



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¿Es cierto que sólo ella es cosa real?
León Tolstoi.

León Tolstoi, escritor ruso, vivió durante ochenta y dos años, y a lo largo de su vida experimentó los cambios que se dieron en la sociedad a nivel económico y socio cultural que revolucionaron la forma en como se percibía el mundo. Entre estos cambios, podemos resaltar la desaparición de las monarquías absolutas y el desarrollo de la primera Revolución Industrial, la cual dio cabida a la emergencia de una nueva clase burguesa. Tolstoi se introdujo en la clase de la alta sociedad moscovita con el objetivo de reformar a esta haciendo críticas directas a través de sus textos. Sin embargo, no obtuvo resultados y su vida fue una constante contradicción entre su moral y la posición que él mismo ocupaba en la sociedad. Su literatura se adscribe al Realismo, en donde el autor trata de colocar de un modo objetivo la visión del mundo y los sistemas de sentido que rigen a este incorporando la psicología de los personajes principales. A medida que se desarrolla su vida, el autor siente que lleva una existencia vacía y autosuficiente y es en su novela corta titulada La muerte de Iván Ilich, publicada en el año 1886, que a través de una crítica a la alienación burguesa y la burocracia, atraviesa una búsqueda de valores morales y sociales que con las innovaciones industriales, y mucho antes de la aparición de estas, se han perdido. A la vez, se hace una crítica a los sistemas médicos que en la época emergieron en donde según Thomas Anz (2006), en Literatura, cultura y enfermedad, los malestares fueron utilizados para denunciar aquellas normas sociales consideradas como patógenas que a la vez propiciaba el reemplazo de otras maneras más sanas. Es por este camino que se nos plantea una de las tantas problemáticas presentes en La muerte de Iván Ilich.

Iván Ilich es un funcionario del Palacio de Justicia ruso que toda su vida se ha esforzado por ascender social y burocráticamente en su trabajo y en la estima de aquellos que lo rodean. Poco a poco, sus aspiraciones se van cumpliendo, pero siente cómo el vacío se acrecienta dentro de su ser, sobre todo, cuando luego de tanto esfuerzo se da cuenta que su vida no tiene significado alguno. Por más que ha tratado de llenar y acomodar su vida con cantidades de referentes, al final todos estos carecen de significado. El malestar se va acrecentando por debajo de la superficie hasta que un día el fuerte y autosuficiente Iván Ilich se encuentra terminalmente enfermo. El enfrentamiento con la muerte irrumpe su ordenada vida al igual que las apariencias de las relaciones que había tenido con aquellos que lo rodeaban. Sin saber jamás exactamente de qué estaba muriendo, el mundo que ha construido tan cuidadosamente comienza a derrumbarse hasta quedar completamente destruido.



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Podemos observar que dentro de la vida de Iván Ilich y la de su familia, al menos en la superficie, todo se encontraba en orden. Sin embargo, al momento en que este enferma, las cosas se trastocan y todos están esperando que muera para ver qué provecho obtener de su ausencia. El funcionario aspiraba a ascender socialmente desde una temprana edad, al desear y trabajar por esto, podemos ver cómo su alienación al mundo aristócrata y burgués comienza. Dice Sigmund Freud en El malestar en la cultura que ‘‘… mientras [el hombre] anhela para sí y admira en los demás el poderío, el éxito y la riqueza menosprecia, en cambio, los valores genuinos que la vida le ofrece.’’ (1930, p. 2) Durante toda la vida de Iván Ilich, la sociedad y la cultura funcionaron como elementos de alienación que obligaron al funcionario a cumplir ciertos parámetros que se creían normales sólo para ser feliz: ‘‘Iván Ilich se casaba por dos consideraciones: porque era cosa agradable adquirir semejante esposa, y, en segundo lugar, porque las personas de alta posición lo encontraban razonable.’’(1886, p.24) Si no cumplimos estos parámetros, no sentimos que pertenecemos a la sociedad ni que nos encontramos satisfechos. Incluso, el burócrata pasa una temporada en el campo, sin hacer nada, en donde no se siente en absoluto preciado o completo.

La sociedad en la que pertenece nuestro protagonista es sumamente ordenada, desde su organización en clases sociales y posiciones dentro del trabajo hasta su familia y el interior de su hogar. Mientras Iván Ilich ordena, arregla y clasifica, se siente bien. Es más, el lugar en donde mejor se siente es en su trabajo, factor principal de alienación y control: ‘‘De tal modo habíase hecho a su trabajo, que no encontraba en él ninguna dificultad. Solicitantes, datos de cancillería, audiencias, todo era perfectamente ordenado.’’ (p.34). El individuo se ve eliminado y absorbido por un simple mecanismo de producción al cual sólo puede pertenecer mientras esté saludable y pueda producir. Al caer enfermo, el orden es irrumpido y todo es presentado como una ilusión en donde al parecer la única realidad que ha tenido en su vida es su niñez y la muerte. El inicio y el final de su vida. El orden establecido comienza a ser cuestionado y hasta las mismas indicaciones del doctor son en un principio ignoradas. Más adelante, cuando Iván Ilich trata de reinscribirse dentro del orden, ya es demasiado tarde. La muerte ha bañado de realidad su mundo y no hay ningún modo de poder controlarla.

La gente no tolera estar alrededor del enfermo Iván Ilich, este se ha convertido en desorden y fastidio. Cada vez que desea ignorar su realidad, la muerte golpea su vientre o el costado de su tórax para recordarle que se acerca. ¿Es acaso la muerte la única realidad que hay? ¿Es lo demás una ilusión que no se puede separar de la realidad hasta que se ha encontrado uno frente a frente con la muerte? Después de todo, ‘‘ELLA se mostraba a través de todo; nada podía ocultarla.’’(p.60) Mientras Iván Ilich se hace estas reflexiones, muestra su profundo desprecio por la sociedad, aquella que frente su sufrimiento se niega a terminar de salir de la superficie y prefiere seguir alienada y esto, más que la misma enfermedad, es lo que le causa un mayor malestar: ‘‘El mayor sufrimiento de Iván Ilich era la mentira, aquella mentira adoptada por todos los demás, de que él no estaba enfermo, que no se moría …’’(p.66) Es quizás el sufrimiento moral el que en verdad lo está matando, ya que nunca se puede descubrir exactamente una enfermedad física.



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Según Anz, los burgueses se empiezan a considerar como generadores de enfermedades. Esto se ve reflejado a través de toda la novela de La muerte de Iván Ilich, en donde a pesar de aparentemente tenerlo todo, la insatisfacción y el vacío es lo que quedan al final de la vida al haber ignorado los valores morales y haberse adscrito a un orden que establecieron distintas instituciones para normalizar y controlar ciertas formas de conductas para evitar enfermedades. Más que evitar enfermedades, evitar cuestionamientos. Es la muerte quien ayuda a romper la ilusión para así enfrentarnos al orden, trastocarlo y convertirlo en desorden y realidad. Es importante destacar que León Tolstoi escribió esta novela corta durante los últimos años de su vida, lo que nos puede hacer pensar que es una reflexión de su propia vida y que su próximo encuentro con la muerte lo incitaban a hacerse este tipo de cuestionamientos y reflexiones morales. A través de la literatura, estetizó su experiencia y transformó su malestar hacia la cultura y sociedad de su tiempo en un arte y crítica latente que se sigue expresando en nuestros días.


Para los que llegaron hasta acá (si es que alguno lo hizo, hola :)) les quiero decir que este libro, que por cierto es muy corto, es excelente. Personalmente, me transmitió los sentimientos de angustia frente a la muerte y la impasibilidad de aquellos que rodearon a Ivan Ilich en dicho momento. Es, definitivamente, excelente. Lo recomiendo 100%. Se lee en una sentada. De este se pueden estudiar muchas cosas que van más allá de lo que establecí.

Un saludo para todos!

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