Consejos de la Doña: De avestruz a cotorra.

Hablar en público, era un abismo.

En mi infancia tuve pensamientos polarizados, todo era blanco o negro, bien o mal, gordo o flaco; mi mente no percibía los grises. Era todo o nada. Conforme fui creciendo tuve que modificar mis esquemas de vida a algo un poco menos rígido. Esto en Programación Neurolingüística, lo llamamos "Romper paradigmas o pensamientos".

Uno de los que más trabajo me costó transcender, fue el miedo a hablar en público, el solo pensarlo me producía: taquicardia, sudoración profusa y temblor corporal, pero la vida nos impone cumplir diversas responsabilidades y si te saltas, más adelante nos repite la lección. Así que me tocó por fin enfrentar mi gran miedo, en una calle sin escapatoria.

La lucha contra la timidez. Te voy a domar monstruo.

El cambio de avestruz que esconde la cabeza, a cotorra que habla hasta con los comerciales de televisión, fue progresivo. Primero tuve que cambiar las creencias que no me permitían expresarme y vencer mi miedo. En mi caso la creencia estaba relacionada con el autoestima, pensaba que la gente se reiría y que me lanzaría tomates, no me sentía lo suficientemente valiosa como para luchar por mis ideas.

Día a día me repetía frases positivas que me permitieran empoderarme y mejorar mi autoestima. Esto fue una labor de hormiguita, para que el cerebro se lo crea, mínimo lo debes repetir constantemente durante por lo menos 21 días.

La segunda parte consistió en pensar todo lo que podía salir mal durante una presentación. Lo anotaba en una columna y en la otra columna marcaba posibles soluciones. Me di cuenta con este ejercicio que la mayoría de mis miedos eran irracionales y los otros eran perfectamente controlables con práctica y preparación.

Dominada la preparación mental, debía calmar mi taquicardia, en esto me ayudó visualizarme a mí haciendo la presentación de manera perfecta varias veces, acompañada de los aplausos y halagos de la gente. Esto funcionaba bastante bien horas previas al evento para calmar mi ansiedad.

Mi Mundo dio un giro increíble.

En el 2014, entré seleccionada para estudiar en una Academia de Magia donde debía rendir exámenes orales cada 15 días. Estos exámenes aparte de una correcta oratoria debían estar acompañados de música, baile o diálogos interesantes. Aquí volvió de nuevo el monstruo. En mis presentaciones ya no era tanto la timidez que me incapacitaba, sino el tartamudeo producto de mis nervios lo que me jugaba una mala pasada.

Vencer la tartamudez, fue más complicado, la combatí con clases de dicción y allí continuamente realizaba ejercicios de vocalización, proyección vocal y respiración. Mis ejercicios favoritos fueron los trabalenguas que constantemente nos retaban a recitar. Paulatinamente la tartamudez fue desapareciendo.

Ese año transcurrió muy rápido, entre risas, pizzas, amigos y mucha magia, presentarme en público y para grupos pequeños ya era una prueba superada.

La prueba de fuego.

Mi salto de introvertida a extrovertida, fue un reto, debía presentarme bailando y haciendo magia en el auditorio de la Universidad Católica Andrés Bello, donde había un aforo de 250 personas aproximadamente.

Entrené como nunca, repetía la rutina inclusive en sueños. Hasta que por fin llegó el día de mi graduación

El gran día

El motor más importante para el cambio es la acción, así que debía lanzarme al ruedo, dar la talla en el escenario. Los pensamientos negativos llegaron pero me concentré en el público, en que ellos disfrutaran de la presentación y al ver sus caras de sorpresa yo también disfruté y me llené de mayor autoestima y empoderamiento.

Ese día todo pasó exactamente como lo ensayamos y en ese escenario luego de 43 años, enterré a mi peor miedo. Adiós timidez. Gracias por el viaje, hasta aquí llegaste.

El haber soltado esa carga me liberó de fuertes ataduras mentales y ahora soy una nueva persona, más segura de mí misma y presta para la acción.



Consejos de la Doña

Haz que la timidez se rinda ante ti

  • Enfócate en tu público, en cómo puedes hacer su vida más entretenida. Al enfocarte en los demás, nuestros pensamientos negativos no tendrán lugar para fluir en nuestras mentes y por tanto no nos limitarán.

  • Háblate a ti mismo de forma positiva.

  • Siempre tendremos gente que opine a favor y otra en contra. Orienta tu mente en lo positivo y las críticas acátalas de manera constructiva siempre.

  • La gente está más pendiente de pensar en si mismos, que en pensar en los otros .

  • No te olvides de respirar y practicar.



Recuerda:Cada día podemos ser mejores, mientras más lo enfrentemos, cada vez nos costará menos.

Te pregunto: ¿Por qué nos tomamos la vida tan enserio? Si al final no saldremos viva de ella.
Sal y exponte, persigue tus sueños sin limitaciones.




Fotos propias extraídas de mis redes sociales, tomadas con cámara Casio Exilim 13.0



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