Hace no mucho tiempo un primo me hace esta pregunta: ¿Qué se siente operar a otra persona? Es decir... ¡Estas ahí nada mas y menos que abriendo el cuerpo de esa persona! ¿Qué se siente?
Me sorprendió tanto el hecho simple de que nunca me lo había preguntado antes que me perdí por unos segundos y luego reaccioné. Quería expresar tantas cosas y al mismo tiempo decirlas de una manera correcta y ordenada que simplemente fluyo, y le dije...
_ Desde aquel momento en que te estas lavando las manos minuciosamente, luego entras al quirófano y sin tocar absolutamente nada te pasan un paño para secarte; solo piensas en repasar mentalmente el procedimiento o técnica de la cirugía, es como un "flashback" de todo aquello que sabes que harás una vez empieces.
_ Luego de eso el paciente es preparado y te encargas junto a un ayudante de cubrirlo con sabanas quirúrgicas estériles muy metódicamente para evitar contaminarse, y una vez toda la mesa y el personal este preparado: "las luces están enfocadas a tu mano", cualquier duda o temor que tengas se magnificará unas 100 veces y todos lo verán; así que debes tomar el bisturí como un lápiz y empezar con firmeza y seguridad, ¡tienes que creer en ti y simplemente hacer lo que sabes hacer!, respirar con calma y hablar con fuerza cada vez que pidas un instrumento o le des una instrucción a tus ayudantes, no debes vacilar pero tienes que escuchar sugerencias y establecer prioridades.
_ Los pasos de cada cirugía están escritos en cientos de libros, pero cada persona es tan única que muchas veces debemos ser capaces de improvisar y analizar situaciones excepcionales, incluso diseñar nuevos métodos adaptados a las condiciones precarias de un quirófano con escasos recursos. Podemos reír, cantar, gritar, pensar, dialogar en una cirugía, cada momento tiene sus espacios si los sabes administrar, no podemos tratar a la ligera así sea el caso más simple, pero tampoco somos maquinas y debemos administrar una dosis de emoción.
_ Pero... si me preguntas a mi ¿Qué siento? Te diré que en ese preciso instante un interruptor se prende en mi cerebro y una increíble emoción inunda mis manos, así como si quisieran descubrir al malechor oculto debajo de esa piel y ponerlo bajo arresto con toda la clase de materiales que nos podamos imaginar... Sientes como una capa de superhéroe se anuda en tu cuello y las cámaras te enfocan, porque simplemente eres el protagonista de esa película.
Justo apenas terminé de decirlo me llegó un mensaje al teléfono. Por un momento creí que era una llamada del hospital y me imagine terminando de decirle a mi primo con broche de oro "Primo, ¡tengo que operar!". Pero era mi mamá diciéndome que le diera de comer a mi perro y solo pude reírme de mi mismo.
Espero les haya gustado. Pronto compartiré más post de tipo médicos interesantes. Nos estamos leyendo.
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