Los niños y sus juegos, ellos viven en otro mundo tan distintos al nuestro, un mundo muy disitinto a mi mundo y al mundo de los adultos, y la muestra de ello es el infante Federico Fuentes, a medida que crecemos la pregunta más importante que nos realizamos es. “¿Quién soy?” y esta misma pregunta se la hizo Federico el niño de pañales, con muchos chupones a su alrededor y unos cuantos juguetes regados por el piso. Pero somos adultos, nosotros vemos colillas de cigarro, una botella, y un sombrero, estamos en un mundo tan distinto al de Federico Fuentes. Él juega por toda la casa, pero su imaginación es la recreadora de todos los ambientes, con su pregunta “¿Quién soy?” - Se imagina él abriendo las puertas de los caminos de la vida, abriendo las puertas del destino, un camino que tiene que recorrer y experiencias que les toca vivir. ¿Acaso no son los niños los más sabios de esta tierra? - Por eso nosotros en nuestra realidad vemos a una anciana abriendo una puerta sin ninguna simbología, pero para Federico que vive en un mundo tan distinto, es él ya de anciano, que aparte no solo abre las puertas de sus destino sino que también ve todas las fascetas por la cúal como humano tiene que pasar. ¿No es el humanismo la expresión más grande de amor que existe? ¿No son los niños los únicos seres que poseen un humanismo tan puro, tan lleno de conciencia y de virtudes? Entre su realidad se ve como un joven a veces golpeado por la dureza de la vida, que aunque lo deje abatido en el piso, el aún así se levantará, entendiendo que los procesos de la vida son duros pero de ellos se aprende, y con un gran discernimiento todo lo que golpee la vida servirá para su crecimiento. Antes estaba incómodo en el piso duro y frio, pero ahora disfruta del placer de una cama, soñando agradablemente, se le nota en sus mejillas, no hay aire de conformidad sino deseo de que cada día que pasa lo conduce más hasta donde llegar. Simbólicamente también se representa dentro de su realidad como una mujer pues todo niño que pregunta ¿Quién soy? También quiere descubrir su identidad sexual, pero nada que ver, la mujer para Federico dentro de su imaginación es la representación de la entrega, de la confianza, de que cuando llegue ese compañero de vida que es para toda la vida, el dirá -¡A tí me entrego!- El amor de los niños es así, bajo la senda de la atención plena, sentirse en la plenitud de la entrega, en el contacto físico en que los otros le puedan proporcionar. En nuestro mundo vemos lujuria, no observamos lo que se imagina el niño, pues como lo he dicho antes somos de un mundo tan distinto al mundo de las criaturas de esos pequeños que son re-gordetes, esos chiquitines juguetones y sinceros, que tienen un estandár de la moral mucho más alta que cualquiera de nosotros. ¿Quién hasta ahora no se ha identificado con Federico? - Allí sigue él ya anciano, desde la puerta observando todas sus fasceta. La última en notar es él, de sombrero hablando con una mujer, observándola en todo su esplendor, tal vez ustedes vean a un hombre cortejando a una mujer, pero lo único puro que tenemos como humanos es nuestra conciencia, pero su brillantez resalta más cuando somos criaturas inocentes: Aquí les plasmo la conversación de Federico con la mujer.
- ¡Tu hermosura es inconmesurable? dijo Federico, la mujer se sonrojó pero no quizo levantar sospecha alguna de que sentía cierta atracción por Federico, así que no le respondió. Pero esto no hizo callar al hombre y siguió diciendole.
- ¡Mi corazón soy capaz de dartelo solo a ti! pronunciando esas palabras llevo su mano el pecho en forma de puño y se golpeo el pecho justo en el sitio donde sentía las palpitaciones de su corazón.
La mujer subió la pierna sobre la cama, y colocó solo la rodilla para tener equilibrio, sin mirarlo a los ojos le dijo: - Desde que te ví, siento una fuerte atracción por tí, pero en estos tiempos uno no se puede confiar de los hombres, porque solo buscan una aventura, algo momentáneo, solo piensan en fumar cigarrillos, pareciendo unas chimeneas, o un tren a carbón, otros estan atentos solo a la bebida buscando de perder por completo la concienca de ser así no paran de beber.
Cuando la mujer terminó de hablar Federico tenía la respuesta de aquella pregunta ¿Quién soy? y la respuesta era, un hombre íntegro, tan distinto a los demás, su ética lo había llevado a comunicarse con una mujer que le daría respuesta a su pregunta, y es que así actúa la vida nos da las respuesta para aquellos que tienen una pregunta. No vivas en la realidad que crees que vives, no hay un tiempo absoluto, dentro de tu interior están todas las respuesta, y esto lo apredió el infante, a temprana edad.
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