La generación X: inusualmente informada

La evolución del Homo Sapiens. 



Nací a finales del 79 y pude ver a los viejos tiburones destrozar bancos de atunes.

 

Vi a Buffet actuar agresivamente en la compra de empresas en bancarrota, vi a Soros devorar plácidamente la sangre del Banco de Japón o de Inglaterra, vi a Trump entretener a las masas con sus espectáculos. He visto algo de esa vieja escuela de locos usureros, economistas prácticos, celebridades del espectáculo.   

Luego vi a esa nueva generación de emprendedores como Gates y Jobs, visionarios y gurus, hippies excentricos y autistas geniales. Lo vi moverse y vi como movieron el mundo. Fue maravilloso, especialmente a sus inicios cuando todos aun invertían en petroleo y plata y oro y uranio.   

Luego vi a una nueva camada de empresarios, una camada particularmente especial. No sólo eran inversionistas o empresarios o emprendedores. Tenían una visión completamente diferente del mundo y, sobre todo, tenían a su mano toda la información necesaria para alcanzar su visión. Hablo de Musk y Jeff Bezos. 

Ellos eran diferentes. No entendían la economía de los ancianos ni comprendían la tecnología de sus antecesores: el futuro era el presente, el presente era el futuro. Esta clase de genios no se alimentaron con Hemingway ni Mark Twain sino con Marvel y DC, de Star Trek y Star Wars. 

De ellos nacen luego Netflix, Spotify, Alibaba. 

Y luego, todos y cada uno de los grandes imperios tecnológicos habrían de aceptar que sus reglas eran mucho mejores que la antigua lógica de compra barato y vende caro.* 

Pero la cosa no se quedá ahí: también hay esa clase de genios malignos que, aun yendo contra los principios fundamentales del capitalismo americano, se hicieron de fama y fortuna pero especialmente revolucionaron las leyes de mercado y de integración social: Kim Dotcom, Arma, Asange, Torvalds y todos los cypherpunks. Aquí, desde luego, y sin ser maligno, podemos poner a Jimmy Wales.   

Luego también vi a los convertidos como Max Keiser y Jeff Berwick.   

Los ví, los leí, a muchos de ellos aun los sigo. Cada uno de ellos, desde Buffet hasta Berwick, han formado no solo mi visión financiera sino microcósmica de la realidad.   

He leído tantas cosas en mi vida: desde los libros de Disney o los clásicos infantiles pasando por literatura de baño hasta Feyerabend, Heideger, Deleuze o Derrida. Desde Carlos Castaneda hasta James Joyce o Samuel Becket. Y no por ello dejo de leer Blogs o el propio Steemit o Medium. Los hábitos adquiridos en la era pre-internet -yo diría pre-windows- son una cualidad de la que no gozan las generaciones de millenials. Pero también el habito de usar las plataformas cibernéticas es un habito que no tiene la generación del Baby Boom. 

Así esta generación -mediados de los 60’s hasta mediados de los 80’s- vivió las revoluciones mediáticas, informáticas y sociales mas importantes de los dos últimos siglos. Su vinculo con la generación que le precede y la que le sigue, es un puente inusual: quizá tan importante como el que vivieron las generaciones que estuvieron en medio de la revolución agrícola o de la revolución industrial. Sin embargo, lo que la revolución agricola consolido en 1000 años; y la revolución industrial hizo en 100 años, la generación X lo absorbió en 20 años máximo.   
 

  
*Un caso claro es el Netflix: http://allthingsd.com/20111122/why-the-netflix-buyback-strategy-worked-like-magic-until-it-totally-failed/   Hicieron un buyback a 222 usd aproximadamente para luego ver desplomarse las acciones a 75 usd (2011=3.346:1) para actualmente cotizarse a la módica suma de 179 usd x 3.346 (598 usd). No fue tan mala la recompra, ¿o sí? Sin embargo los medios financieros hablaban de la inminente quiebra de Netflix en el 2011.   

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