Reto Venezuela #4: ¡Resaltemos lo bello de nuestro país! - (Trujillo)

¿Es posible resaltar un solo lugar de Venezuela?

Es difícil, en serio. Apenas me enteré del Reto Venezuela de esta semana, me volví loca y quise hacer un resumen de todos mis viajes, que son bastantes, jajajá. Pero bueno, me tardaba un año haciendo eso, así que al final decidí mostrarles la excursión que hice al páramo.


Quiero comenzar diciendo que Los Andes venezolanos tiene una gastronomía y paisajes hermosos, pero lo que realmente destaca en esta zona, es el gentilicio. Las personas allí son demasiado amables y trabajadoras. Desde pequeños, tienen una fuerza y voluntad increíble para ayudar a prosperar su tierra, su campo. De hecho, cuando fui al páramo, mi guía fue un niño de 12 años al que le decían morocho.

Decidí subir al páramo, principalmente, porque me hablaron de "las parías", unas lagunas grandes, que paren otras más pequeñas. Además, también me sentí atraída por los frailejones y todo el paisaje montañoso que se apreciaba a lo lejos... Y por supuesto, sentía curiosidad por unos cuentos sobre "duendes que encantaban a todo aquel que subía" (sí, lo admito, quería que me encantaran), y porque también decían que "al que logra subir al páramo caminando nadie lo jode", jajajá.


Comenzamos la caminata: fueron 12 horas dándole a los pies, 7 subiendo y 5 bajando.

Hacía un frío HORRIBLE, ¡NO se dejen engañar por el sol de esta foto, que apenas era el inicio del viaje.

Sobra decir que el cielo estaba precioso... Cada hora las nubes dibujaban cosas diferentes.


Después de 3 horas caminando, además de cansados, estábamos con hambre. Paramos en unas rocas llamadas Las Toyotas para comer arepas andinas.

Aproveché para quitarme la licra porque estaba con mucho calor y me quedé con una bata hippie que llevaba en bolso. Acto seguido, nos tomamos algunas fotos sobre la roca y en los alrededores.

Aquí modelando el morocho y yo.

Capturando momentos de amor.

Yo arruinando un poco el paisaje, jajajá.

Las fotos de las arepas se las debo, me las comí muy rápido. Entiendan: cuando hay hambre de verdad, uno no piensa en fotografias.


Seguimos caminando y 2 horas después, llegamos a un mirador bellísimo; cada vez estábamos más y más cerca de las cordilleras... Fue imposible no parar para admirar el paisaje y tomarnos fotografías...

Podría ponerme poética, pero las letras simplemente no me alcanzarían... Solo diré que la paz y la felicidad que sentí en ese momento, era plena.


¡Por fin pude entender a qué se referían las personas cuando decían "olor a páramo"!

El aroma a frailejón que invade el aire andino y la paz e inmensidad de las cordilleras hacen despertar la sensación de espiritualidad.

¡Y aquí estoy yo drogándome con la resina del frailejón, jajajá! Mentira, mentira.


Seguimos caminando y llegamos a la base del Guirigay.

El Pico Guirigay es la segunda formación de montaña más alta de Trujillo y una de las montañas más altas en Venezuela.

Ya más cerca de la base, pudimos ver las lagunas parías al fondo. (La laguna negra y la laguna de los siete colores)

Laguna negra.

Se dice que muchas personas se han ahogado porque al acercarse escuchan voces hermosas y perciben olores divinos que los llevan a la laguna, y cuando se rompe el encanto, ya es tarde.

El morocho cansadito y con frío.

Y yo, muriendo congelada, ya enchaquetada.

Laguna con forma de corazón.<3 (Así la bauticé yo, su nombre real es laguna de los siete colores).

Me enamoró...


Después de ver las lagunas decidimos bajar. No seguimos subiendo hasta llegar al pico porque ya era tarde, y el morocho dijo que si nos agarraba la noche podíamos perdernos y estaba asustado por los duendes.

El paisaje bajando, nos estuvo sorprendiendo como siempre.

Atardecer precioso.

Yo arruinando el paisaje otra vez, jajajá.

Nos cayó lluvia y tuvimos que parar un rato debajo de las toyotas. ¡Hola! :P

Llegamos de noche al pueblo, todos mojados y quemados por el sol y el frío. (Payaseando).


Llegamos a casa del morocho y dormimos con su familia. Al día siguiente compartimos un poco con los vecinos del pueblo y nos despedimos. Debo decir que tienen mucha educación, y mostraron mucho cariño en cada gesto para conmigo. Agradecida por tan buen trato.

¡Delicioso!

Cabe destacar que esta hermosa señora me regaló muchas zanahorias, jajajá. <3


Quiero despedirme diciendo que estoy enamorada de Venezuela entera, pero el sentimiento que tengo por trujillo es especial. Mucho amor sentí por parte de todos los que se nos acercaban, realmente espero haber podido contagiarles ese amor y que se animen pronto a ir a esta hermosa tierra.

Gracias a todos por leer, y a @provenezuela por iniciativas tan hermosas como esta. Nuestro país tiene muchas cosas bellas, ¡y eso es lo que hay que resaltar!

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