En mi calendario el día lunes en la tarde está marcado con un nombre especial, apreciado y potente: Universidad.
Durante veintitrés años he sido el profesor de los lunes, único día que le he dedicado formalmente a la Universidad para no distraer mis otras actividades como investigador freelancer.
En todas esas tardes el bullicio de la muchachada entusiasta ha sido mi saludo de bienvenida. Las exclamaciones, los gritos y las risotadas provenientes de cada ambiente son el mayor indicador de que la fuerza juvenil de los muchachos está presente.
Pero este lunes me ha ocurrido algo terrible. El bullicio mudó su vital energía por un silencio agónico.
Mis aulas, cómo casi todas las aulas del país están quedando desiertas. No sólo de los muchachos, sino también de los colegas. La estampida ha sido brutal. Los espacios vacíos en nuestra geografía académica crecen sin cesar, hay agujeros por todos lados. Las causas de tal debacle todos las conocemos. Es el resultado de un huracán inclemente que lleva veinte años azotando nuestro mundo venezolano.
Formo parte de una generación que conoció el esplendor de nuestras universidades públicas. En los años de la Democracia se dio un impulso gigantesco a la educación universitaria. Por ese entonces, cientos de miles de jóvenes como yo, de todos los rincones del país, tuvieron la oportunidad de labrarse un futuro y lograr el ascenso social, gracias a la coronación de una carrera universitaria lograda con mucho esfuerzo.
Fueron más de cuarenta años dedicados a la formación de la que quizá fue la juventud más preparada de América latina. Ningún otro país latinoamericano logró, en esos tiempos, llevar la educación a todos los sectores de la población, incluyendo por supuesto a los más humildes. Esa cantidad de egresados, de altísima calidad, no tuvo parangón en toda la región. Era un logro de los venezolanos.
De nuestras aulas salieron los profesionales que hacían posible tener un país sustentable. En todas las áreas del conocimiento había un venezolano capaz de encarar la solución de cualquier problema por complicado que pudiera resultar. Eran los tiempos de la promoción del talento.
Me siento en mi aula y la congoja me invade. Sólo tres participantes están terminando el curso, el resto ha desertado. Andan tratando de meter el hombro para mantener a flote a sus respectivas familias.
Miro el muro que está frente a la ventana del salón y una hoja llena de tristeza me estalla en la cara como un vómito amargo. Es una lista gigantesca con todas las secciones cerradas por falta de alumnos. Las señas de la debacle se dejan notar en cada rincón de la Universidad.
¿Qué nos pasó como pueblo? ¿Cómo fue que dejamos avanzar tanto este desastre que ha sacado de cuajo el mundo que habíamos construido?
La Universidad está en sus estertores y no encuentra suficientes dolientes dispuestos al socorro. Los venezolanos, agotados de tanto batallar cada día con sus tragedias personales, no pueden calibrar la gravedad de la situación universitaria.
¿Qué futuro podemos tener como nación prescindiendo de la formación del talento?
¿Con cuáles profesionales vamos a dar respuestas a las necesidades de una sociedad cada vez más compleja?
Son tantos los desmanes cometidos en nuestro sistema educativo que enmendar cada uno de ellos va a requerir un largo tiempo.
Entre tanta incertidumbre instalada en mi panorama tengo pocas certezas, una de ellas es que necesitamos recuperar la Universidad. La resurrección de la Universidad es una honrosa tarea que nos compete a nosotros, los que hoy estamos haciendo vida en esta “Tierra de Gracia”.
Procuremos no postergar el rescate de la que ha sido nuestra gran “Casa que vence las sombras”.
Gracias por su tiempo.
Para ampliar la información sobre el tema, pueden pinchar en estos enlaces.
http://laverdaddevargas.com/24/la-desercion-universitaria-reflejo-la-crisis-nacional/2017/11/21/
http://www.elimpulso.com/home/desercion-universitaria-se-agrava-estudiantes-la-ucla-estomago-vacio
http://diarioelcaroreno.com.ve/web/2018/02/24/desercion-universitaria-sobrepasa-el-50/
https://elsiglo.com.ve/2018/02/27/preocupante-desercion-estudiantil-pais/
https://www.el-carabobeno.com/1467554-2/