Este primer mes en steemit ha traído enormes cambios en mi vida.
Para muchos de nosotros debe haber un tiempo pre steemico en el que la vida transcurría de un modo notablemente distinto a cómo transcurre ahora. Donde teníamos menos espacio para enfocarnos en nuestra parte más creativa.
En la era pre steemit, mis días se habían convertido en una sucesión de tiempos depresivos, la situación del país me tenía contra el suelo. No había segundo en el que pudiera librarme de algún pensamiento ligado con la inflación, con la falta de efectivo, con la dificultad para conseguir los antihipertensivos, en fin…, todas esas cosas que los venezolanos conocemos muy bien.
Para bien mío he logrado avanzar. Pudiera pensarse que hay algo paradójico en ello, puesto que la situación se mantiene. Pero no, aunque no han desaparecido ninguno de los problemas que disparaban la angustia en mi forma de pensar, por el contrario, se han incrementado, he logrado fijar mi atención en un conjunto de actividades de las más edificantes que he conocido en mi corta vida.
Limpieza de la casa mental.
Esta idea no es original, hace algún tiempo la leí, la vi, o la escuché en algún sitio, no recuerdo ni cuándo ni dónde, en realidad, no creo que sea relevante ubicar con precisión su origen en mi espacio intelectual.
El símil me pareció bastante bueno, se trata de hacer una limpieza cualquiera, sólo que a nivel de los pensamientos que nos agobian o que nos generan desesperanza. ¿Para qué?, para dejar lugar a otros pensamientos que nos ayuden a estar mejor.
Cambiar unos pensamientos por otros es un proceso en el que se necesita una nueva fuente generadora de ideas positivas, capaz de desplazar el espacio ocupado por los pensamientos dañinos. Ahí es donde Steemit entra en escena.
Rutinas nuevas, pensamientos nuevos.
Con Steemit he logrado recomponer mis viejas rutinas. Comienzo mis días haciendo una revisión de las respuestas que he tenido de parte de mis seguidores o de las personas a las que les he dejado algún comentario. Un buen comienzo para ir llenando el espíritu de euforia, de energía positiva. Es muy emocionante encontrar los comentarios de todos aquellos que se van convirtiendo poco a poco en una visita deseada con la que te sientes bien, aunque no tengas que estar de acuerdo con ella.
Luego de leer los comentarios dedico un tiempo a encontrar nuevos blogs que resulten afines con mis intereses y necesidades, esa es otra actividad interesantísima, es una especie de pesca en un gran océano de escritos. Como toda pesca conlleva paciencia, pero el resultado es satisfactorio cuando logras encontrar un buen blog al que decides seguir.
Me ha sorprendido el resultado de incorporar estas nuevas rutinas en mi hacer cotidiano. Al día de hoy les puedo decir que el balance ha sido positivo. He logrado ir desocupando toda esa basura mental que me tenía medio paralizado.
Claro, el proceso de limpieza de la casa mental tiene que ser permanente, tal como lo harías en tu casa o en tu habitación. Si te descuidas pronto tendrás el basurero lleno y el agobio tendrá su mejor condición para instalarse de nuevo.
Alguno me dirá que he encontrado una forma de evasión. Le respondo: sí y no. No he dejado de estar pendiente de toda la problemática que existe a mí alrededor, pero no dejo que me habite totalmente. Le doy el espacio que le corresponde y estoy pediente de que no sea muy grande.
Steemit ha sido un buen bálsamo para superar el marasmo. Estoy muy atento a las señales. Al sentir la cercanía del desánimo mis alertas se disparan y corro a encender el ordenador.
Gracias por su tiempo.