Cervantes Magazine Vol 27: Notitas de Humor

Su atención por favor. A continuación publicamos los desvaríos de una mente enferma que usa el chantaje y la manipulación para obligarnos a publicar sus mediocres textos. El equipo de Cervantes Magazine ruega por la colaboración de algún profesional de la salud mental que nos instruya sobre cómo lidiar sin riesgo con este tipo de personalidades.



Todos lo somos. Cada día que comienza es el inicio de una nueva lucha.
Pero hay luchas más relevantes que otras. Algunas son luchas vitales que deben ser ganadas, otras, no tanto. Como seres humanos debemos ser conscientes del deber con nuestro ambiente y congéneres.

Normalmente, pensamos que las luchas están fuera de nuestras manos, que están lejos de nosotros y no nos afectan. O simplemente pensamos que ayudar es una quimera ajena a nuestras posibilidades. Pero te equivocas.

Es cierto que hay causas que se escapan de nuestro alcance, desgraciadamente no puedo ayudar a las niñas secuestradas por Boko Haram; pero hay causas tan justas e importantes como esa en las que sí puedo influir.

Por mi parte, me considero un luchador por causas justas. En primer lugar, soy miembro activo de la Sociedad para el Cuidado de Roedores Urbanos Abandonados (SoCuRUA).

SoCuRUA nace el año 2015 cuando un grupo de seres humanos comprometidos identifica la problemática de los roedores urbanos domésticos y salvajes. Este grupo ejemplar, detectó el maltrato al que se ven sometidos dichos animales y toma acciones para asegurar su bienestar.

Su filosofía empieza por reconocer la importancia que representa cuidar de estos animales. Ellos son hijos de la Madre Tierra Pachamama, son seres inteligentes, con sentimientos y que actualmente sufren penurias.

Y tú, estimado lector, si te consideras un ser humano decente y responsable, debes garantizarles refugio y amor. Adopta una rata.

También lucho para garantizar el derecho a la reproducción a Paco. Que sea un agente trasmisor de enfermedades como la peste bubónica no da al Estado opresor derecho para prohibirle a mi protegido el derecho a una familia.

Y como Paco, hay muchos roedores en situación de opresión. Una compañera de la SoCuRUA (no diré su nombre para respetar su intimidad) desea garantizar la manutención de Rebeca, una hembra de hermoso pelaje gris, en caso de que ella muera antes que su protegida.

Pero desgraciadamente, la legislación en la mayoría de los países no permite declarar heredero a ningún animal. La sociedad condena a Rebeca a volver a las calles si su protectora muere antes; una injusticia que debemos corregir. No debemos permitir que Rebeca luche sola.


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Fuente

(En la foto, Rebeca y su protectora, ¿No les indigna que esos lindos y expresivos ojos negros estén en riesgo?)


Además, soy feminista. Pero no soy un feminista de pancarta en mano ni grito airado. Jamás me verán protestando con mis tetillas al aire. Eso me parece vulgar.

Defiendo lo que llamo feminismo pragmático. Lucho contra la opresión de las féminas a diario con mis armas. Me siento (cuando encuentro donde) en el transporte público con los muslos muy juntos para no ocupar demasiado espacio. No cedo mi asiento a mujeres porque las considero fuertes y capaces de valerse perfectamente por sí mismas. No les abro la puerta ni les cedo el paso por la misma razón. Por mi cabeza no pasa decir un piropo para no exponer a una dama a mis primitivos comportamientos machistas.

Si asisto a una reunión, cuento a las personas y deben estar adecuadamente distribuidas. Hombres, mujeres y demás, todos deben estar representados. Hablo sí y sólo sí una mujer ha participado en la conversación antes y uso el mismo tiempo que ella en mis comentarios (tomo nota para evitar descuidos que me otorguen más tiempo de atención). No olvido llevar a Paco, pues también él tiene derecho a la interacción social.

Y esa es una lucha que debe ser peleada. La equidad. Dejemos el egoísmo. El mundo es injusto y debemos unirnos para corregirlo. Hay tantas maneras de lograrlo que no hacer nada es una muestra imperdonable de indolencia. Ayuda en lo que esté en tu mano, adopta una rata, no cedas tu puesto en el transporte público y/o consigue que una mujer te pague la cena para compensar a los machistas que avivan su ego alimentando mujeres.

Otra buena manera de ayudar es protegiendo otras especies. Ya hablé de Paco. Pero no es la única especie oprimida; por ejemplo, no comas pollo.

¿Tienes idea de la cantidad de pollos que mueren para que tú puedas comer alitas? ¿Sabías que esos pollos jamás tuvieron sexo? ¿Quién te da derecho a comerte un pollo que jamás hizo daño alguno?



Fuente

(Mira ese pollo, bonito ¿Verdad? Bueno, ahora miralo bien, obsérvalo atentamente. El pollo está triste, muy triste porque SABE que lo comerás a él o a alguno de sus hermanos, despreciable come pollo.)


Pero no sólo la vida animal está amenazada. Contaminamos el ambiente y deforestamos grandes extensiones de bosque para nuevos cultivos. El maíz. ¿Sabes cuánto bosque se destruye a diario para que puedas comer Corn Flakes?

Definitivamente, el maíz es un cultivo destructor cosechado por agricultores inescrupulosos sin respeto alguno por la vida para engordar tanto a los niños como a su bolsillo.

Por eso, propongo hacer un boicot a los productos elaborados con maíz. A Paco le encanta comer hasta quedarse dormido dentro de las cajas de Corn Flakes, pero basta, no podemos seguir siendo cómplices de la destrucción del ambiente. Además, me cansé de que Paco aterrice dormido en mi plato cuando me sirvo desayuno.

Pero debes saber que luchar no implica enfrentamiento. No necesitas valentía para pelear.


Y ahora llega el momento de confesar, soy cobarde. Temo el linchamiento que recibiré en los comentarios. Aún no estamos preparados para reconocer causas justas, comentar y reconocer públicamente ser miembro de SoCuRUA es motivo de escarnio.

Aún no escapamos del esquema de dominación impulsado por el lobby de multinacionales que nos siguen diciendo (en contra de toda prueba y argumento) que las ratas son malas y el maíz bueno, por eso instintivamente rechazamos a la gente que lucha por los ratones y quien no guste de las palomitas de maíz produce inmediata desconfianza.

Pero no te preocupes, puedes perfectamente apoyar causas sin ejercer violencia alguna, basta con que te decidas, te informes y te impliques en la lucha a la medida de tus posibilidades.

Entonces, ¿Quieres ser un buen ser humano? No es sencillo, pero puedes empezar con las siguientes acciones sencillas. No comas maíz. Siéntate con las piernas juntas, adopta una rata, abandona las alitas de pollo.


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