De los Templarios al "steemdólar" (La próxima economía)

Cuando me documentaba para escribir mi segunda novela “El Enigma de Baphomet” supe por la investigadora Helen Nicholson que los monjes guerreros del Temple, los templarios, crearon los principios de la banca moderna cuya organización ha llegado hasta nuestros días. Entre otras cosas inventaron el cheque bancario, aunque hay quien sostiene que copiaron el sistema de algunos judíos de Francia y que lo perfeccionaron. En adelante los viajeros ya no tenían que viajar con las monedas en las alforjas como desde el comienzo de los tiempos hasta entonces.

En adelante, un viajero depositaba en un castillo-convento templario una cantidad de dinero y el temple le extendía un documento escrito con sus datos para que sólo él lo pudiera cobrar a cientos o miles de leguas de distancia presentando el documento en otro convento-castillo del Temple y recobrando allí sus monedas.
El pueblo llegó a confiar sus dineros al Temple con más garantía que a los gobernantes, lo que suscitó la envidia y la persecución a muerte de los templarios.

En caso de necesitar una parte del dinero depositado, se le extendía un nuevo documento figurando en él la suma restante.

Desde el año 2009 que se inventó el “Bitcoin”, moneda encriptada y de circulación por internet, estamos asistiendo al nacimiento de una nueva etapa en las transaciones económicas que muy pronto, creo yo, darán al traste con el sistema bancario que ha funcionado desde el siglo XIII hasta nuestros días. ¡Se acabó el señor disfrazado siempre con un traje impecable y una corbata o con la marchita de sudor en el sobaco de la camisa”

Estamos asistiendo a la entronización de uno de los pilares de la “Democracia Económica” ya que el poseedor de un valor expresado en “bitcoin” podrá transferirlo a un vendedor de cualquier producto sin necesidad de fortificaciones templarias ni de guerreros guardianes y defensores de los tesoros, ni de cajas fuertes, ni de libros contables en entidades bancarias.

Los templarios inventaron la mordida, es decir, la comisión que cobraban por guardar el dinero y extender el documento acreditativo.

El Bitcoin o cualquier criptomoneda paralela tendrá la ventaja de que no existirán los intermediarios financieros porque no serán necesarios. Los usuarios del dinero nos entenderemos entre nosotros de espaldas a los que nos cobran por todas las operaciones que hacemos.

Nacerán otras criptomonedas paralelas como el “steemdolar” ya en circulación y con notable éxito.
Esto hará que la organización económica evolucione a paso de mutación genética de manera que lo venidero no tenga nada que ver con lo presente. Y de ahí, por supuesto derivará toda la organización política de las sociedades, ya que tendrán que ser los usuarios dueños de su dinero quienes tengan que organizarse en todos los aspectos de la vida.

La vieja dicotomía Comunismo#Capitalismo dejará de tener sentido.

Tanto Adam Smith como Marx como Keynes quedarán sólo como recuerdos de la historia de la economía. Habrá que inventar una nueva forma de recaudar impuestos para asegurar los servicios públicos.
El Temple del siglo XXI ha nacido. Una nueva era ha comenzado.

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