El Enigma de Baphomet. Novela. (14)

Otra página con sólo la fecha y este texto: “Esther y la niña están enfermas con diarrea, cuando llegué a casa tuve que ponerme a lavar la ropa, pero mañana tengo que salir temprano hacia el Puerto con mi compañía para cubrir todos los puestos de guardia. Viene el general al campamento”. (No pone el nombre pero es de suponer que sea el puerto de Manzanal a diez kilómetros de Astorga).

Captura de pantalla 2017-07-31 a las 20.31.46.png

Captura de pantalla 2017-07-31 a las 20.30.13.png
.

Otra página, y es a la que me refería antes: “Ha llegado la orden de salir mañana hacia Mansilla de las Mulas. Esta orden la da el comandante. Había dado orden de cargar un retablo viejo, del siglo diez o doce más o menos, por orden expresa de Napoleón Bonaparte”.

Captura de pantalla 2017-07-31 a las 20.35.54.png

Otra: Entre el fárrago de datos (relación pormenorizada de piezas de artillería averiadas, relación de muertos en campaña que tenían que enterrar en el mismo día de su baja en el ejército, ropas y uniformes para la soldadesca, alimentos almacenados en las bodegas habilitadas para ello, páginas y páginas de sumas contabilizadas de mosquetones, barriles de pólvora, bayonetas y baquetas), también constan croquis de campaña con dibujos del terreno, y una silueta de la catedral y las murallas de Astorga por el lado norte, con indicaciones de los puestos de guardia.
Otra: Está cosida con hilo de lino al taco de las listas y números de toda la contabilidad de materiales, escrita y firmada por el capitán Counillac, con caligrafía distinta al resto, como si hubiera tenido un asistente que hiciera el trabajo aburrido de anotar los números con los que contabilizaban los materiales de guerra.
Otra: Entre las anotaciones contables, encontramos este párrafo como si fuera una reflexión filosófica:
“Somos pocos los soldados que dejamos descendencia de valientes. Sólo está prosperando la descendencia de los cobardes. La mayor parte de valientes quedan muertos en primera línea de batalla y ya no engendran hijos. Yo les digo a mis soldados, sobre todo después de una hazaña en la que han corrido peligro y han salido ilesos o heridos heroicamente, que violen a toda mujer que encuentren a su paso. Así será la única manera de que los valientes dejen descendencia. Hasta ahora, sólo dejan descendencia los cobardes, porque siempre los valientes mueren jóvenes en la primera línea de batalla”.
En este mismo cuaderno, en las dos últimas páginas, pero al revés, como si hubiera querido empezar a leer por el lado contrario, figuran instrucciones a los soldados, muchísimos consejos para la guerra: tácticas de lucha, técnicas de la instrucción para tirar al suelo al enemigo luchando cuerpo a cuerpo, haciendo múltiples llaves y cabriolas para despistarlo, tanto cuando estuviera armado de mosquete o bayoneta, como a pecho descubierto, todo ilustrado con dibujos a mano alzada; eso tampoco nos interesa.
Lo más curioso y sorprendente que escribe el capitán Counillac es el concepto del amor francés durante la guerra, los consejos amorosos que daba a los soldados de su compañía, mientras permanecieran en campaña, escritos de su puño y letra, en francés muy culto y en forma de decálogo, como si fuera un recitativo rimado, para cantarlo o canturrearlo, y de fácil retención en la memoria.
Instrucción a los soldados:
A los soldados:

H2
H3
H4
3 columns
2 columns
1 column
1 Comment