Nuestras palabras llegan a ser profecías que se cumplen solas, tienen un enorme poder y por ello debemos tener mucho cuidado con lo que pensamos y sobre todo lo que hablamos.
Si permite que sus pensamientos le derroten y de a luz a sus ideas negativas a través de su lenguaje, sus acciones harán lo mismo. Por eso tenemos que tener muchísimo cuidado y especialmente cuidarnos de lo que hablamos y pensamos. Nuestras palabras tienen un enorme poder y queramos o no, daremos vida a lo que estemos hablando.
Es triste que muchas personas vivan vidas de desánimo a causa de sus palabras.
Dicen cosas como: ''nunca hago nada bien, nunca me sucede nada bueno, no lo puedo hacer o qué idiota soy"
No se dan cuenta que sus palabras están preparando su camino hacia el fracaso. Las palabras son como semillas , usted las planta al hablarlas en voz alta, y nuestro subconsciente las acepta cobrando vida propia, de esa manera, echan raíces, crecen y producen el mismo tipo de fruta.
Si hablamos palabras positivas, nuestras vidas caminarán en esa dirección; igualmente las palabras negativas producirán malos resultados.
NO PODEMOS hablar palabras de derrota y fracaso y esperar vivir en victoria.
La biblia compara la lengua con el timón de un gran barco, aunque es pequeño el timón, controla la dirección de todo el barco, y de igual manera, su lengua y sus pensamientos controlarán la dirección de su vida. Si usted tiene el hábito de hablar palabras de derrota, usted se estará moviendo en dirección a una vida desanimada y de fracaso.
Si su conversación sólo mantiene conversaciones como : "no puedo, no soy capaz" u otros comentarios negativos, se está preparando para la derrota, esas palabras le mantendrán alejado de la persona que usted puede llegar a ser y que Dios quiere que sea.
Al decir algo con suficiente frecuencia, entusiasmo y pasión, su mente subconsciente empieza a actuar sobre lo que está diciendo, haciendo lo necesario para que esas palabras y pensamientos se materialicen.
Es triste la manera en que muchas personas utilizan su lenguaje, y no se dan cuenta de que sus propias palabras diezman su lenguaje y su autoestima.
De hecho si usted se encuentra con una autoestima baja, usted deberá tener especial cuidado con las palabras que utiliza, y exagerar en hablar palabras positivas y llenas de fe, palabras de victoria sobre su vida.
Levántese cada mañana y diga: yo tengo mucho valor, soy amado, todo lo que toco prosperará y tendrá éxito, las bendiciones me están alcanzando.
Comience a hablar este tipo de palabras y muy pronto, ud. subirá a un nuevo nivel de bienestar, éxito y victoria.