Saludos cordiales Steem-mados lectores, gracias por visitar mi post, este es el primero de una serie dedicada a la elaboración de maracas llaneras. Fascinante instrumento venezolano, herencia de los ancestros indígenas, que está cautivando e impresionando a todo el planeta por su extraordinaria ejecución.
Por medio de estos artículos, el lector podrá manejar los conocimientos necesarios para construir por sí mismo dicho instrumento, y si desea, podrá incursionar en este quehacer como actividad económica. Pero antes de ello deberá dedicarle suficiente tiempo y práctica hasta perfeccionar la calidad del producto.
La camaza, tradicionalmente se elabora a partir de la corteza del fruto de Crescentia Alata, planta común en América Central y América del Sur, muy similar a la de Crescentia Cujete, con la diferencia que esta última produce frutos mucho más grandes. La variedad Alata recibe diversos nombres populares, en Venezuela es conocida como Taparo de Agua. Su uso va más allá del musical, pues de allí se producen ornamentos, utensilios de cocina y hasta es usada como alternativa medicinal.
Dentro de la rama de la Crescentia Alata existen variantes en su forma, algunas son ovaladas y otras semiesféricas. También se encuentran diferencias de unas plantas a otras en la densidad de la corteza de sus frutos y esto influye directamente en la calidad del sonido del instrumento.
Producir maracas llaneras con excelente sonido, dependerá en buena medida de la calidad de la materia prima. Por genética, algunas plantas pueden producir taparos con excelente forma y tamaño, mas no con una corteza lo suficientemente dura para reproducir sonidos brillantes, que es lo que se espera de este instrumento, o es posible encontrar plantas que ofrecen buena calidad de sonido mas no en la forma de la camaza. Una tapara de calidad, para producir un buen instrumento, debe ser lo más esférica posible y de material denso.
De tal manera que es necesario tener la suerte de contar con un árbol de taparo de agua que proporcione camazas de buena calidad tanto en sonido como en forma. Pero esto no es tan difícil, sólo que algunas plantas no ofrecen el producto que se necesita, pero en su mayoría sí. Una ventaja de dicha planta es que se puede reproducir por medio de estacas, así que contando con una que ofrezca buenas camazas, se puede reproducir cuantas veces se desee y todas las nuevas plantas producirán frutos con las mismas características.
Si el lector, no tiene manera alguna de dar con este producto, puede sustituir el material natural por el sintético, una de las técnicas más efectivas y comprobadas es con fibra de vidrio, la ventaja de ello es que se puede lograr una simetría y similitud perfecta. En el presente trabajo solo abordaremos el proceso de elaboración con la camaza natural, pero no se descarta la posibilidad de producir futuros artículos acerca de la elaboración de camazas con material sintético.
Las herramientas necesarias.
- Lijas de grano 80, 120, 150, 180, 240 y 360.
- Brocas o mechas tipo paleta con diámetros de 2mm, 10mm y 14mm aproximadamente.
- Gubias curvas: esta herramienta se puede conseguir en tiendas especializadas para ebanistas o bien se podrían construir, la idea es tener una herramienta curva con la punta plana y redondeada que servirá para raspar la capaza por dentro.
- Si no se cuenta con las brocas en las medidas necesarias se puede recurrir a una lima cilíndrica o "rabo de ratón" para lograr agujeros con diámetros específicos.
- Otra alternativa en caso de no tener lima cilíndrica son cilindros de madera los cuales envueltos y papel lija podrán labrar agujeros al diámetro deseado.
Selección de la tapara.
El fruto de taparo de agua tiene un tiempo de maduración en el árbol, el cual dependerá del clima y de la cantidad de agua que haya recibido la planta. Hay que tener cuidado de no utilizarlo muy temprano o muy tarde. El momento ideal para aprovechar el taparo es cuando el tallo del fruto empieza a secarse, un indicio de esto es cuando comienza a tornarse de color amarillo, si se hace antes de ello muy probablemente la corteza del taparo aun sea débil por lo que no serviría para el propósito.
Tampoco se debe esperar demasiado tiempo para trabajar el fruto pues la pulpa que contiene dentro empieza a descomponerse y a debilitar la corteza, perjudicando así la calidad del sonido, indicio de ello es que el fruto se haya tornado de color marrón oscuro con formación de hongos en la corteza.
En la imagen anterior se puede apreciar un par de taparos que presentan formación de hongos en la corteza y un color bastante oscuro, por lo que no se puede esperar una buena calidad en el sonido de dichas camazas.
Además se deben emparejar por forma y tamaño, es conveniente agruparlos en cantidades mayores a dos, pues muchas camazas cambian ligeramente su forma y tamaño una vez secas y trabajadas, por lo que emparejarlas antes de ello no garantiza tener un par de camazas suficientemente iguales. Sin embargo existe un margen de error de más o menos cinco milímetros, es decir que el diámetro de las taparas pueden diferir siempre que la diferencia no exceda esta medida. También es necesario comprobar la similitud en los sonidos que producen las camazas, así que teniendo más de dos o tres taparos con forma y tamaño similar, aumenta la probabilidad de seleccionar un par muy semejante en su forma y sonido.
En cuanto al tamaño de las taparas, depende del sonido que se desea y del uso que se le dará al instrumento, existen tres tamaños básicamente: pequeñas (menor a 50 mm de diámetro), por su sonido discreto son usadas usualmente en sitios cerrados, grandes (mayor a 60mm) normalmente empleadas para presentaciones en lugares abiertos y medianas (de 50mm a 60mm de diámetro) son más versátiles pues sirven para la mayoría de los ambientes y propósitos. Camazas que tengan una altura menor al ancho, ofrecen una mejor ejecución.
Limpieza del taparo de agua.
La limpieza consiste en retirar la pulpa y semillas que contiene el taparo en su interior y remover la piel o película que lo cubre por fuera. Para lo primero se deben hacer dos orificios muy bien alineados por donde pasará luego el cabo de la maraca, para ello hay que tener presente que el ojo del tallo por donde estaba pegado al árbol, será el agujero inferior de la camaza, este debe ser más amplio que el superior, de aproximadamente 14mm, mientras que el de arriba, más reducido, deberá tener cerca de 10mm de diámetro.
El par de orificios se harán con la ayuda de un taladro de banco y las mechas con la medida que se espera obtener en cada uno. Para garantizar la alineación de los agujeros se abre primero el inferior, de 14mm, seguidamente se hace sobre o en torno a él un pequeño plano con la ayuda de un taco y una lija, para así apoyarlo sobre la base del taladro, poder alinear la mecha de 10 mm y hacer el agujero superior.
Una vez perforada la corteza del taparo, se puede tener acceso al interior con la ayuda de las gubias curvas, con el fin de romper y extraer todo el contenido del fruto. Se puede usar agua para facilitar el proceso, algunos incluso hierven los frutos por un lapso de tiempo, pero particularmente no lo recomiendo si no se tiene seguridad de la calidad del sonido que arrojará la camaza.
Ya desocupado el taparo de toda la pulpa y semillas, se debe raspar el interior del mismo con la gubia, para tener acceso a toda la superficie es necesario introducir la herramienta por ambos agujeros. Es un proceso laborioso pero estrictamente necesario.
Indicio de que la camaza está limpia por dentro, es que las partículas que arroja el raspado dejan de ser marrón oscuro para volverse marrón claro, también se puede observar dentro si se ubica en cierto ángulo a una fuente de luz.
Para terminar la camaza por el exterior, se deberá retirar toda la piel que la cubre con la ayuda de una lija de grano 80, también se puede emplear agua para que los restos no se peguen de la lija entorpeciendo el proceso. Seguidamente, con el taparo seco, se le debe lijar con diferentes medidas de grano, desde el 120 hasta el 360, para lograr una superficie bien lisa y con ello un mejor acabado.
Por último se le abre uno, dos, tres o cuatro agujeros pequeños de 2mm de diámetro aproximadamente, adyacentes al agujero inferior, que tendrán la función de facilitar la extracción de impurezas una vez que las maracas estén terminadas y en proceso de "curación".
Templado de la camaza
El templado es un proceso que se realiza cuando el taparo de agua no ofrece una óptima calidad de sonido, se puede recurrir a diversos trucos para aumentar la densidad del material:
- Templado con sellador: se sumerge por completo la camaza en sellador nitroceluloso preparado con thinner durante unos cinco minutos, luego se retira y se deja escurrir a la sombra, una vez seco el sellador aplicado, se puede repetir el proceso un par de veces más si se desea.
- Templado con candela: Se rellena la camaza con arena, se moja la superficie y se acerca a la candela girándola constantemente, la arena evitará que el taparo se deforme en exceso pero con esta técnica es inevitable que cambie su forma aunque sea poco.
- Templado en horno: Se inserta la camaza dentro de un horno microondas y se calienta durante diez segundos o cuando se oiga el leve sonido de la tapara revotando. El riesgo que se corre con esta técnica es de quemar el taparo y fracturarlo con ello.
- Templado con cinoacrilato: este químico es el mismo usado para hacer los pegamentos instantáneos coloquialmente conocidos como "pega loca". Se vierte en el interior una cantidad de tres a cuatro mililitros y se hace correr por toda la superficie hasta que seque.
Estas técnicas no son estrictamente necesarias, pues la verdadera calidad de sonido se logra con una buena materia prima.
Comprobación del sonido de la camaza
Conviene comprobar la calidad del sonido de la camaza antes de malgastar trabajo, tiempo y material en el proceso de pintura. Además, es necesario garantizar que los pares seleccionados arrojen sonidos similares.
Para ello basta con rellenar con porciones iguales (sin darle mayor importancia a la cantidad) cada una de las camazas y agitarlas para evaluar la similitud de los sonidos que se obtienen, incluso se podrían usar cabos de prueba para tener un sonido más real. Es cuando entra en juego una parte fundamental de la luthería y la música, el oído, pues si no se tiene la capacidad de discriminar un sonido de otro por su timbre, difícilmente se podrá consagrar como un buen constructor de instrumentos. Sin embargo es una habilidad que se desarrolla y se perfecciona con el tiempo y la práctica.
Otra manera más rápida y sencilla pero que requiera más agudeza auditiva es haciendo rebotar ambas camazas sobre una superficie plana y rígida como el suelo, comparando el sonido que produce una tapara con la otra, mientras se dejan caer a una misma altura.
Pintura de la camaza.
Sobre este punto, por ahora, no se profundizará ya que los procesos que se pueden emplear son incontables, pues la pintura no afectará la calidad del sonido de este instrumento. Dependerá de la técnica con la que el lector se sienta más cómodo. Sin embargo puedo mencionar que suelo trabajar con tintas disueltas en sellador nitroceluloso, mas varias capas de transparente acrílico (todo con pistola y compresor), el cual una vez endurecido, aplico una lija de grano 1500 y doy brillo con crema de pulir. Otro material que suelo usar es sellador y laca activada al ácido, este producto tiene la ventaja de que basta con la aplicación de la pistola para lograr un brillo aceptable, pero con la desventaja de que no se pueden emplear tintas para cambiar el color natural.
El mayor cuidado que se debe tener referente a los acabados es de trabajar con materiales compatibles, pues de no ser así se puede arruinar el trabajo de pintura. Por dar un ejemplo, si se usa una pintura con base acrílica, no se le debe aplicar encima un brillo con laca catalizada, pues esta no se fijará del acrílico, cuarteándose y despegándose. De tal manera que, necesario es instruirse sobre las diferentes técnicas de pinturas y acabados, los métodos usados en la industria automotriz van muy bien con este tipo de instrumentos. Aún así, no se descarta la idea de elaborar futuros artículos dedicados a la aplicación de pinturas y acabados profesionales.
Una vez listo el proceso de confección de las camazas para la elaboración de maraca llaneras, se le da lugar a la elaboración del cabo, el cual será abordado en una próxima entrega.
Todas las imágenes donde no se indica la fuente son de mi pertenencia. Esperando que este texto haya sido muy nutritivo y de su agrado, me despido cordialmente.